Los vientos húmedos del suoroeste han traído una sucesión de  borrascas atlánticas que por fin han regado con generosidad la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. Estos vientos denominados “ábregos”, marcan con su llegada el inicio de una estación húmeda que suele paliar la falta de agua que de lo contrario padece la zona durante los meses posteriores., a diferencia de la vertiente segoviana del Guadarrama más regada habitualmente por el resto de borrascas atlánticas que entran por Galicia.

Por las dehesas del piedemonte madrileño, en Soto del Real, sobrevuelan las cigüeñas, asentadas en los campanarios de Guadalix, Manzanares el Real y Soto del Real mucho antes de que llegue San Blas. Los bandos de estorninos negros gorgojean e imitan multitud de sonidos agrupados en sus reuniones invernales. Algunos buitres leonados hacen círculos majestuosos en el aire aprovechando las corrientes térmicas, mirlos, petirrojos, chochines, currucas y zorzales completan el panorama ornitológico más visible junto a las omnipresentes urracas. Para Reyes se espera una bajada considerable de las temperaturas, la nieve y el hielo  aún reducirán más las posibilidades fotográficas de insectos –una vez desaparecidas las últimas libélulas Sympetrum striolatum, y las mariposas Colias crocea, apenas algún moscardón es perceptible aprovechando los tibios rayos de sol- . La vegetación rala y con escaso interés fotográfico, da paso al mundo de los musgos y líquenes. Siempre hay vida a nuestro alrededor. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS