La tercera semana de Enero comienza con un tiempo más tranquilo que el de días anteriores. Ya se empieza a notar un aumento de las horas de luz. De camino a La Pedriza del Manzanares, una breve parada en Manzanares el Real permite observar el revuelo y canturreo de los estorninos negros, en esta época invernal con un plumaje algo más gris. Entre sus cualidades se encuentra la de imitar sonidos, por lo que dentro de ese  canto desordenado se escuchan  notas que parecen de otras aves.

Sobrevuela un grupo de gaviotas reidoras que a millares se congregan en el embalse de Santillana para pasar el invierno, ahora con un plumaje blanco que incluye también la cabeza, marrón en verano. En ese mismo embalse se congregan zampullines, cormoranes que extienden sus enormes alas para secarlas, anades, porrones, andarríos, patos, somormujos, correlimos, ansares y otras aves acuáticas que aportan una gran riqueza ornitológica a la zona. También las cigüeñas blancas, presentes mucho antes de la famosa cita de San Blas sobrevuelan la zona.

Adentrándonos en La Pedriza, hacemos otro alto para contemplar desde el Collado de Quebrantaherraduras la intrincada belleza de los riscos pedriceros, el mayor conjunto granítico de Europa, dicen,  por donde discurre nuestro río Manzanares, aquí limpio y salvaje.

La época no da para muchas observaciones, especialmente entomológicas o de flora, pero siempre se disfruta de un paseo por esta preciosa zona. De camino al Refugio Giner de los Ríos la imagen de la Pedriza Posterior, por encima de los 2.000 metros, es espectacular. La nieve hace más abruptos esos riscos dominio de buitres leonados y águilas reales, dueños y señores de tanta grandeza, con permiso de la cabra montés. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Instantánea en La Pedriza

Instantánea en La Pedriza