Cópula de odonatos

Cópula de odonatos

Los odonatos –grandes libélulas y delgaditos caballitos del diablo- son seres fascinantes. Todo en su vida resulta exagerado y extremo. Se puede decir que viven siempre en el filo de la navaja o al límite de lo imposible.

Durante toda su existencia son carnívoros. En su estado larvario viven a veces durante años en el agua devorando a casi todos los seres de la charca que se cruzan en su camino, incluso larvas de otros odonatos, ya que existe la depredación en esta especie.

Cuando llega el momento de salir al exterior vuelven a estar en peligro, ya que la larva trepa por la noche a una hierba o junco y muda su exoesqueleto -equivalente a nuestra piel-. Después debe esperar a que tanto sus alas como su nueva coraza se endurezcan para echar a volar. En el transcurso de este cambio pueden ser atacados por infinidad de enemigos, y a veces el proceso no se desarrolla correctamente y terminan con deformaciones en alas y cuerpo que les impiden vivir mucho tiempo.

Anax imperator

Anax imperator

En la fase adulta son extraordinarios voladores. Se paran en el aire, suben, bajan y hacen todo tipo de piruetas, inimaginables en cualquier aeronave creada por el hombre. Sus ojos compuestos de “omatidios” actúan como si se tratasen de un entramado de televisores que les permiten captar el movimiento por encima de ellos o por debajo. Su boca es fuerte y se extiende y abre para engullir a sus presas, a las que devora en el aire o posado, si son demasiado grandes.

Patrullan las charcas en busca de alimento, y también lo hacen para expulsar a los rivales en un incesante ir y venir siempre en alerta. Por si fuera poco, hasta en las tareas amorosas son extremos. El macho captura al vuelo a la hembra sujetándola por detrás de la cabeza con unas pinzas que posee al final del abdomen e inmediatamente finalizada la cópula se apresuran para depositar los huevos. A  veces el macho sujeta a la hembra y vigila mientras ella pone los huevos dejándolos caer desde el aire. Durante la cópula, otros machos tratan de interrumpir para ocupar el lugar del macho expulsado, causando daños, a veces irreparables, a la hembra.

Con la esperanza de observar a los primeros odonatos de la primavera, investigué alrededor de las charcas que se forman en las turberas de montaña. Allí solamente pude ver algunos ejemplares de Pyrrhosoma nymphula, un precioso caballito del diablo de color rojo bastante frecuente al comienzo de la temporada. Desde mediados de junio hasta finales de agosto será el momento de los odonatos de montaña.  Más abajo en las orillas de uno de los embalses que abastecen a Madrid, con temperaturas más altas que las de la turbera, aparecieron: la libélula emperador Anax imperator, Enallagma cyathigerum, Orthetrum cancellatum e Ischnura graellsii.

Pyrrhosoma nymphula

Pyrrhosoma nymphula

Enallagma cyathigerum

Enallagma cyathigerum

Otra cosa fascinante de los odonatos es que machos y hembras de la misma especie tienen diferentes colores, y además van cambiando esos colores y hasta el aspecto según el momento de la vida en que se encuentren.

Cuidemos a nuestros odonatos no contaminando o ensuciando arroyos, charcas, embalses o estanques. La Sierra de Guadarrama, y en general la Comunidad de Madrid, son un lugar ideal para observarlos, ya que nuestra situación geográfica permite ver especies propias del norte y también del sur. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Ischnura graellsii

Ischnura graellsii

Orthetrum cancellatum hembra

Orthetrum cancellatum hembra