Auto de fe

Auto de fe

Si existe  un tormento  tradicionalmente asociado a la Inquisición es la hoguera. De acuerdo a la doctrina papal, los clérigos no debían mancharse las manos con la tortura y, mucho menos, ejecutar a los herejes. Eso sí, una vez condenados, estaban obligados a entregarlos al llamado brazo secular, esto es, la justicia civil. Lo lógico hubiera sido, entonces, que cada país aplicara la pena de muerte más popular en su región, pero en cambio, de norte a sur y de este a oeste, la ejecución por fuego atado a una estaca era, invariablemente, la sentencia. La culpa de todo ello la tuvieron los alemanes.

En el año 1231, el anciano papa Gregorio IX se ha convertido en un verdadero obseso de la herejía. Como miembro de la Iglesia ha visto, antes de ser elevado al trono de San Pedro, a una serie de movimientos reformadores que claman para que el papado abandone su papel político, los obispos su riqueza y la Iglesia, en general, su patrimonio, para ser pobres, como los discípulos de Jesucrito y el mismo Hijo de Dios. Además de los cátaros, han surgido los arnoldistas, humillados, josefinos, valdenses y franciscanos. Estos últimos, eso sí, tomando ejemplo de lo ocurrido a los cátaros, se han sometido al papa, y limitan sus ideales a los miembros de su orden, admitiendo que el resto del clero católico haga lo que quiera. No así los valdenses, a los que se someterá a una masacre similar a la ocurrida con el catarismo.

Gregorio IX quiere un instrumento permanente con el que eliminar cualquier posible herejía, y que además dependa directamente de él, no de los obispos locales. Es entonces cuando decide instituir la Inquisición como tribunal permanente, que será enviado allí donde sea necesario. La orden de los dominicos será la encargada de llevar a cabo las investigaciones, tortura de acusados y condenación de los mismos. Pero no de cualquier manera.

El papado llevaba largo tiempo influido por los emperadores alemanes, debido a la protección que otorgaban a los territorios feudales del papa. Esa influencia se había extendido a las costumbres, mezclando el tradicional derecho romano con el germánico. Fue por ello que la tradicional prueba alemana para demostrar la inocencia, introducir una mano en el fuego sin quemarse, o pasar sin daño entre dos hogueras, inspiró decisivamente al papa Gregorio. Que los herejes fueran quemados, pues en el improbable caso de que los inquisidores se hubieran equivocado, Dios los salvaría.

A los inquisidores españoles les agradó especialmente la idea. Frente al resto de europeos, introdujeron un refinamiento especial, el auto de fe, consistente en que se quemaban varios herejes a la vez, después de una elaborada ceremonia en la plaza pública. Pero eso aún tardaría algún tiempo. © MARTÍN SACRISTÁN TORDESILLAS. SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, CONOCE MUCHAS MÁS ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES SORPRENDENTES SOBRE LA HISTORIA DEL PAPADO EN SU LIBRO “SU SANTIDAD PECADORA. SECRETOS DE LOS PAPAS DE ROMA»