Archive / Sur y sureste madrileño

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Iolana iolas

Iolana iolas, anverso

Iolana iolas, anverso

Iolana iolas

Iolana iolas

Iolana iolas, mariposa del espantalobos o espantalobos, como también se la denomina, es una especie rara, muy localizada y escasa.

La distribución de Iolana iolas en la península Ibérica es dispersa. Existen colonias en Cataluña, Albarracín y Serranía de Cuenca, en la Sierra de Elvira en Granada, Velez Rubio en Almería, Zaragoza, Navarra, Jaén y en el sureste de Madrid. El elemento común de todas estas localizaciones es la presencia de sus únicas plantas nutricias, Colutea arborescens y Colutea atlantica, respectivamente, unas plantas de la familia de las leguminosas, conocidas como espantalobos y espantazorras.

Precisamente, este aislamiento entre colonias determina que en cada una de ellas podamos hablar de diferentes subespecies. Así, las poblaciones de Cataluña pertenecen a la subespecie farriolsi, las de la Serranía de Cuenca y Albarracín a la subespecie thomasi, las de Granada son sharitae, y fidelis las del sureste de Madrid.

Iolana iolas es una mariposa de tamaño medio, de unos 35 o 40 mm de envergadura, lo que significa que es el licénido –Lycaenidae– más grande de la Península. Vuela entre los meses de mayo y junio, en una única generación. Los terrenos en los que habita y donde se encuentra su planta nutricia suelen ser calizos o yesosos, expuestos al sol, con presencia de coscojas y matorral, algo pedregosos y secos.

Las hembras de Iolana iolas depositan sus huevos sobre el cáliz de las flores de Colutea o sobre las vainas formadas a partir de las flores. En ambos casos, las orugas se alimentan de las semillas internas. Cuando la mariposa deposita sus huevos sobre el cáliz, estos quedan envueltos en la vaina que la planta formará posteriormente. En el otro caso, cuando los huevos son depositados sobre la vaina, la oruga penetrará en la misma para alimentarse de sus semillas. Al mismo tiempo, la estructura cerrada de la vaina les otorga cierta protección frente a las agresiones exteriores.

Algunas especies de hormigas recorren los arbustos de Colutea y se introducen en las cápsulas para visitar a las larvas. A cambio de las secreciones azucaradas de la oruga, que gustan a las hormigas, éstas se convierten en un ejército protector de la pequeña larva. Cuando se ha desarrollado lo suficiente, la oruga de Iolana iolas sale al exterior y se deja caer al suelo para convertirse en crisálida bajo el abrigo de las piedras. En este estado pasará el invierno para eclosionar, en forma de adulto, la primavera siguiente.

Se ha puesto de manifiesto, a través de algunos estudios, que las orugas de Iolana iolas también se asocian con avispas fitófagas Bruchophagus coluteae, mientras que son parasitadas por el bracónido Cotesia specularis. También se sabe que las orugas de otras especies de lepidópteros, como los licénidos Lampides baeticus, Celastrina argiolus, Leptotes pirithous, Glaucopsyche alexis o Plebejus argus consumen las semillas de Colutea, a veces en compañía de las orugas de Iolana iolas.

Esta especie figura en el Libro Rojo de los Lepidópteros Ibéricos catalogada en peligro de extinción.

Más allá de la península Ibérica se distribuye en colonias aisladas y con pocos ejemplares por el norte de África, donde vuela la forma debilitata, que algunos autores consideran especie independiente. También puede encontrarse en el norte y centro de Italia, sureste de Francia, Austria, Hungría, Balcanes, Grecia, Turquía e Irán. En todos estos países la oruga se alimenta de plantas del género Colutea. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Iolana iolas sobre colutea

Iolana iolas sobre colutea

Oruga de Iolana iolas

Oruga de Iolana iolas

 

Oruga de Iolana iolas en Colutea con presencia de hormigas

Oruga de Iolana iolas en Colutea con presencia de hormigas

Pseudophilotes abencerragus, abencerraje

Pseudophilotes abencerragus, abencerraje

Pseudophilotes abencerragus, abencerraje

Pseudophilotes abencerragus, abencerraje. Esta pequeña mariposa perteneciente a la familia de los licénidos es muy difícil de ver, y no solamente por su diminuto tamaño -inferior a los 2 cm de envergadura-, sino porque es muy escasa y localizada en España.

La distribución de Pseudophilotes abencerragus en Europa comprende un reducido número de enclaves exclusivos de la Península Ibérica: Alentejo, Sierra de la Estrella y Algarve, en Portugal;  sur y sureste de Madrid;  sur de Badajoz, Serranía de Cuenca, Jaén, y Málaga. En todos los puntos citados las colonias de  abencerraje son muy pequeñas y localizadas, por lo que se circunscribe a determinas zonas en las que es absolutamente necesaria la presencia de Cleonia lusitanica,  su planta nutricia en la Península. Esta planta constituye el lugar donde las hembras depositan los huevos y el alimento de sus orugas, y  es también  la “vivienda” de dichas orugas que ocupan el interior de las flores.

Fuera de la Península Ibérica está presente en Marruecos, Argelia, Israel, Egipto, Túnez, Jordania y oeste de Arabia, donde se alimenta de algunas especies de tomillos y salvias.

Las colonias de  Pseudophilotes abencerragus de la Comunidad de Madrid son las más norteñas en la distribución mundial de esta especie.

Tiene un período de vuelo corto, en una sola generación, entre los meses de marzo y mayo, y prefiere los terrenos con algo de pendiente, o los claros entre la maleza. Gusta de los suelos secos, calizos o yesosos, donde vuela de forma nerviosa y a poca distancia del suelo. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Bubopsis agrioides

Bubopsis agrioides

Bubopsis agrioides

Bubopsis agrioides. Este raro insecto pertenece a la familia de los  ascaláfidos Ascalaphidae, a su vez integrados en el orden de los neurópteros.

Los ascaláfidos se componen de 450 especies en todo el mundo, lo cual no es mucho si lo comparamos con otros insectos. Bubopsis agrioides posee las características generales de casi todos los ascaláfidos. Son de cuerpo robusto con largas antenas terminadas en una especie de maza, y alas con venas bien marcadas que disponen en forma de tejadillo cuando descansan. Algunas especies como las del género Libelloides presentan bonitas coloraciones en las alas. Sus ojos son prominentes, muy grandes y oscuros. Son muy buenos voladores y se alimentan de otros insectos que capturan en pleno vuelo.

Los podemos encontrar en primavera y verano en terrenos herbosos y abiertos, a veces con árboles en las cercanías o en zonas despejadas y secas. En cualquier caso, necesitan del sol y el calor para obtener energía suficiente con la que poder realizar sus potentes vuelos. Por supuesto, son inofensivos para el ser humano.

Entre los ascaláfidos más escasos y raros de la Península Ibérica se encuentra Bubopsis agrioides, que también podemos encontrar denominado como Bubospsis agrionoides. Es menos vistoso que otros congéneres, ya que sus alas no presentan coloración. Al posarse deja asomar su abdomen de una forma característica, parecido a uno de esos gimnastas que mantienen el equilibrio sobre las anillas. Esta postura es característica y muy distintiva de Bubopsis agrioides, que a diferencia de otros ascaláfidos más comunes, suele volar en el crepúsculo y tiene actividad nocturna. Raramente es visible durante el día, pero cabe que ello ocurra si tenemos la fortuna de toparnos con él cuando huye de algún peligro o sale espantado a nuestro paso. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Plebejus pylaon hespericus, Kretania pylaon. Niña del astrágalo

Plebejus pylaon hespericus. Niña del astrágalo.

Plebejus pylaon hespericus. Niña del astrágalo.

 

Una de las especies más escasas y amenazadas de la Península Ibérica es la denominada comúnmente niña del astrágalo. Según diferentes nomenclaturas taxonómicas la podemos encontrar en libros e Internet con las denominaciones Plebejus hespericus, Plebejus pylaon hespericus, Plebejus hespericus pylaon o Kretania pylaon. Parece que después de los últimos estudios filogenéticos, la denominación científica Kretania pylaon es la que debe emplearse en la actualidad.

Pertenece a la familia de los licénidos y está incluida en el Libro Rojo de los Invertebrados de España. En la Comunidad de Madrid está protegida y catalogada como sensible a la alteración de su hábitat.

En la Península, Plebejus hespericus pylaon se distribuye por puntos aislados y con pocos ejemplares exclusivamente en el sur y este de la Comunidad de Madrid, zonas noroccidentales de Toledo, Cuenca, Teruel (Serranías de Cuenca y Albarracín), Sierra Nevada y Sierra Morena.

Fuera de España la  presencia de esta rara mariposa se circunscribe al área mediterránea oriental –Grecia, Macedonia, Albania y Turquía-, suroeste de Rusia, norte de Irán, Oriente Medio, Rumanía, Bulgaria, norte de Italia y Suiza.

La niña del astrágalo recibe su nombre por su preferencia hacia el astrágalo Astragalus alopecuroides como planta nutricia. Las hembras de Plebejus hespericus pylaon ponen su huevos en las hojas de esta planta leguminosa para ser consumidas por las orugas resultantes tras la eclosión. Al igual que ocurre con otras especies de licénidos, las orugas de Plebejus hespericus son recogidas y trasladadas al interior de sus hormigueros por unas concretas especies de hormigas. A cambio de degustar una sustancia segregada por la oruga y que es del agrado de las hormigas, éstas le proporcionan cobijo y protección. Posteriormente, la oruga, ya fuera del hormiguero una vez transcurridos los rigores invernales, pupa como crisálida en las plantas de Astragalus alopecuroides, normalmente en alguna planta cercana al hormiguero que le ha dado cobijo. Así se convertirá en el adulto que puede verse volar en los meses comprendidos entre mayo y julio, iniciándose de nuevo el proceso del ciclo vital.

En la actualidad, algunos entomólogos consideran que los ejemplares que vuelan por la geografía ibérica pertenecen a diferentes subespecies según la zona. Así, los del sur de la Comunidad de Madrid – Aranjuez – son catalogados como subespecie pardoi, los de Campo Real-Loeches, en Madrid, matildaegalani los de Toledo y hesperiicus, el resto.

Lamentablemente para esta rara especie, los ejemplares de Plebejus herpericus pylaon o Kretania pylaon de Sierra Morena parecen haber desaparecido, los de Sierra Nevada casi y los de Campo Real-Loeches, en Madrid, han sido diezmados por las obras públicas. Con este panorama, actualmente, solo queda una colonia relativamente bien representada en Aranjuez  (Madrid), que debería ser suficientemente salvaguardada para evitar su destrucción. No albergaremos muchas esperanzas, ya que para que las Administraciones tomen partido por la protección de una especie debe ser ésta mamífero o ave de gran tamaño, algo que nos parece perfecto, pero en nuestro medio natural hay, además, otros seres. ÁNGEL S. CRESPO para GUADADARRAMISTAS

De profesión, espartero

Esparto. Stipa tenacissima.

Esparto. Stipa tenacissima.

 

El esparto forma parte de esas materias primas naturales esenciales en la elaboración de utensilios domésticos y herramientas de trabajo. Serones, esportones, cuerdas, esteras, esterillas y capachos son solamente algunos de los instrumentos manufacturados con esparto. Los llamados cinchos, con los que se envuelven los quesos y se extrae el suero, o los capachos de prensado empleados en las almazaras de aceite, son otras formas de uso del esparto, en este caso, como instrumento o herramienta para conseguir elaborar productos básicos.

Aunque su aspecto parece recordarnos al de un junco, el esparto es una gramínea, eso sí, de gran porte. Su nombre científico hace referencia a su resistencia y dureza tenaz, no en vano se denomina Stipa tenacissima. Su distribución peninsular esta relacionada con suelos de carácter yesoso, que se sitúan en el centro y sur peninsular. Los atochares, como se denominan los montes gipsícolas donde el esparto prolifera, son lugares secos, duros, con poca precipitación y muchas horas de sol. Las macollas de esparto son cepellones herbáceos de los que sobresalen las hojas altas, recias y cortantes, que se empleaban en la elaboración de los diferentes utensilios.

En esos ambientes realmente poco apacibles, con escasa o nula vegetación arbórea, debían trabajar en la recolección de esparto los esparteros. Para ello, estos hombres se ayudaban de la cogedera, un instrumento consistente en un simple palo que portaban colgado de la muñeca y en el que enrollaban las hojas para arrancarlas de cuajo del cepellón. De ese modo no se dañaban las manos al ser el palo o cogedera el que soportaba toda la fuerza y los desgarros y arañazos del cortante y áspero esparto.

Una vez recogido, el esparto, después de limpio y seleccionado, se dejaba secar en el suelo. Para conseguir una mayor flexibilidad, necesaria en las posterior manufacturación, los manojos de esparto tenían que ser introducidos en balsas de agua donde permanecían varios días. Para romper la fibra y hacerlo dúctil también era preciso golpearlo en repetidas ocasiones.

Las labores relacionadas con el esparto podían tener más de un protagonista. De hecho, los recolectores eran los denominados atocheros, mientras que con el material se elaboraban distintos objetos que daban lugar a otros tantos nombres de oficios. Así, los que realizaban esteras eran los estereros, cofineros los elaboradores de capazos, alpargateros los fabricantes de alpargatas y sogueros los de soga, además de muchos otros relacionados con los objetos fabricados o con el proceso elaboración.

la importancia de la industria del esparto fue tan grande que en los años 40 y 50 del s.XX se llegó a crear en España el llamado Servicio Nacional de Esparto, un organismo de gestión dependiente entonces del Ministerio de Industria Comercio y Agricultura, y es que en aquellos años el esparto y las actividades que generaba constituían un sector económico muy importante.

En la actualidad, las labores relacionadas con esta gramínea no son relevantes, si acaso, siguen elaborándose objetos artesanales y artísticos. Otros materiales menos naturales pero menos costosos de obtener y elaborar han suplido a la fibra vegetal por excelencia de las estepas españolas. A cambio, los espartales han recuperado todo su esplendor y valor ecológico, que, sin duda, habrían perdido si su explotación  hubiera continuado de forma masiva. Los atochares,  por su aspecto desértico, parecen a simple vista no albergar mucha vida, pero la realidad es que cobijan especies vegetales de alto valor ecológico y una fauna adaptada a la sequedad y duras condiciones del terreno que solamente puede encontrarse en su entorno. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Gegenes nostrodamus. Veloz de las rieras

 

Gegenes nostrodamus.

Gegenes nostrodamus.

 

Gegenes nostrodamus, es el curioso nombre científico de esta extraña mariposa especialista en desesperar a los sufridos fotógrafos que la persiguen. Su nombre común dice mucho de su hábitos “Veloz de las rieras”, y es que veloz lo es como un rayo. Las rieras, los caminos secos, polvorientos, pedregosos e incómodos para el observador son su centro de operaciones.

Nuestra amiga Gegenes nostrodamus es un hespérido que vive en la región costera del Mediterráneo, Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán, Irak y el noroeste de India, por lo que podemos deducir que le gusta el calor y la sequedad del ambiente, no en vano las orugas aguantan muy mal la humedad y el frío.

En la Península Ibérica Gegenes nostrodamus es una mariposa escasa, muy local, que vive en la zona costera mediterránea y de forma esporádica se puede encontrar en concretos enclaves del sur de Madrid, Toledo, Teruel, Soria y alguna otra provincia.

Vuela entre los meses de abril a octubre, en  dos o tres generaciones. En las zonas del interior peninsular donde las temperaturas pueden ser frías en el comienzo de la primavera, la primera generación no suele aparecer hasta el mes de mayo, y dentro de su escasez es más abundante la segunda generación que eclosiona entre finales de julio y agosto.

Las orugas tienen como planta nutricia especies de gramíneas del género Aelurupus y Panicum

Los machos de la mariposa Veloz de las rieras son muy tímidos, se asustan con facilidad y huyen con vuelos muy rápidos y a poca altura del suelo, aunque tienden a volver de nuevo al mismo lugar transcurridos unos instantes. Las hembras, también rápidas y nerviosas a la hora de hacer sus puestas de huevos, se apartan de los caminos dominados por los machos, y con algo de fortuna pueden verse a primera hora de la mañana posadas en las gramíneas. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

 

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