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Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo, es una de las aves que buscan el refugio de la península Ibérica para pasar el invierno.

Durante el mes de octubre comienza a llegar masivamente desde el interior de Europa, donde las bajas temperaturas, los hielos y la nieve dificultan su subsistencia. La imposibilidad de encontrar alimento empuja al más pequeño de nuestros zorzales a iniciar un largo recorrido. Realiza su viaje desde Escandinavia, los países del Báltico o Islandia. Vuela durante la noche, descansa y se alimenta durante el día agrupado en bosques y zonas seguras.

Algunos años, los bandos de Turdus iliacus, zorzal alirrojo, son numerosísimos. En la década de los sesenta se produjeron situaciones excepcionales de frío en Europa que provocaron migraciones masivas. Los zorzales alirrojos llegaron incluso a colonizar pueblos del norte peninsular. Muchos de estos animales llegaban casi muertos, agotados, hasta el punto de que la gente los capturaba a mano.

El zorzal alirrojo se diferencia del zorzal común, Turdus philomelos, por ser algo más pequeño, entre 20 o 21 cm, frente a los 22 del común. También los diferencia su banda o lista superciliar blanca y el color rojizo de la cara inferior de sus alas, color que les otorga el nombre común.

Al llegar a la Península, muchos ejemplares se asientan en la franja norte. Galicia y, en general, toda la zona norteña es el principal punto de recepción. Muchos otros ejemplares atraviesan la cornisa cantábrica y se dispersan por toda la Península hasta llegar a Andalucía, incluso algunos llegan al norte de África. La costa mediterránea de Valencia, Castellón, Tarragona y las Islas Baleares también son destino habitual de estas aves. Los olivares, el monte mediterráneo y los claros forestales son sus lugares predilectos de residencia.

Su alimentación se basa en frutos silvestres, semillas y aceitunas, aunque también aprovechan la presencia de algún insecto, lombrices o caracoles, escasos en el período invernal.

Entre los meses de febrero y marzo, Turdus iliacus, zorzal alirrojo, inicia su vuelta al lugar de donde partió. Allí, en sus residencias europeas se reproduce entre mayo y junio. La hembra pone entre 4 y 6 huevos, que tras dos semanas de incubación, darán como resultado a los pollos. Después de otras dos semanas de alimentación por parte de ambos progenitores, los pollos estarán en condiciones de abandonar el nido y de incorporarse al viaje que la naturaleza les tiene deparado para el mes de octubre siguiente.

En la Sierra de Guadarrama, el zorzal alirrojo no es muy común, sin embargo, es posible ver algunos grupos en los robledales, praderas y claros de pinar, siempre en terrenos de media montaña. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

 

 

 

Oriolus oriolus, oropéndola

Oriolus oriolus

Oriolus oriolus

Oriolus oriolus, oropéndola. Una  de las aves más llamativas, discretas y difíciles de localizar, aunque su reclamo inconfundible es perceptible desde el inicio de la primavera.

La oropéndola llega a la Península Ibérica a comienzo del mes de abril  e inicia el viaje de vuelta a sus cuarteles africanos de invierno sobre el mes de agosto. Unos 3.000 Km recorren en cada viaje las oropéndolas que visitan Europa desde Kenia, Uganda y Tanzania, entre otros países africanos.

En la Península se distribuye principalmente por el centro y oeste, faltando en zonas áridas y desprovistas de vegetación. Tampoco es abundante, o incluso llega a faltar en el extremo norte peninsular. Prefiere los sotos y riberas fluviales, choperas, fresnedas y robledales, siempre en zonas cercanas a arroyos o ríos.

Oriolus oriolus, oropéndola u oropéndola europea, como se denomina comúnmente, está emparentada con los córvidos, algo que demuestra con su sonoro graznido cuando se defiende o trata de expulsar a urracas, cucos, busardos ratoneros o arrendajos, lo que hace con decisión ya que son valientes y agresivas. Sin embargo, su canto es melodioso, consiste en una especie de silbido (¡¡uiliuíu¡!), que puede escucharse a cierta distancia en zonas con buenas condiciones acústicas. Por lo general es ese canto o su graznido el que las delata, porque las oropéndolas son muy discretas, huidizas y difíciles de observar. Solamente cuando abandonan las copas de los árboles en donde desarrollan su vida se dejan ver fugazmente. Es entonces cuando se puede apreciar la belleza de su plumaje, un amarillo radiante, especialmente el de los machos, ya que las hembras tienen un plumaje más apagado, al igual que los juveniles.

Las hembras se encargan de hacer el nido en los alto de los árboles, suspendido de las ramas que hacen la vez de horquilla. Tanto el macho como la hembra incuban los huevos, unos 3 o 4. Las puestas suelen efectuarse hacia finales del mes de mayo.  Tras la incubación que dura unos 15 días, los pollos son alimentados con insectos y abandonan el nido dos semanas más tarde. Pueden hacer hasta dos puestas por temporada, algo que al parecer solamente hacen una de cada dos parejas.

La alimentación de Oriolus oriolus, oropéndola, se basa en insectos de todo tipo. Les gustan especialmente las orugas y tampoco desdeñan moluscos e incluso frutos como los higos, que les gustan tanto que a veces retrasan unos días su vuelta a África, hasta primeros de septiembre, para disfrutar de ellos. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Oriolus oriolus, oropéndola

Oriolus oriolus, oropéndola

Luscinia svecica, pechiazul

Luscinia svecica, pechiazul

Luscinia svecica, pechiazul

Luscinia svecica, pechiazul, o ruiseñor pechiazul como también se denomina a este pariente del ruiseñor común, Luscinia megarhynchos, es una de las joyas ornitológicas de la Sierra de Guadarrama.

Es un pájaro esquivo, especialmente las hembras a las que es difícil localizar entre los piornos y los enebros rastreros de las cumbres de alta montaña. Los machos ocasionalmente se dejan ver, más en primavera, cuando trinan a campo abierto desde alguna rama o punto alto y en sus vuelos nupciales.

Se distribuye por las montañas del centro y norte peninsular hasta unos 2.200 metros de altitud. Anida entre los piornos serranos, los enebros y los brezos, y en este hábitat desarrolla su vida durante la primavera y verano, aproximadamente desde su llegada en marzo o abril hasta finales de agosto. En paso puede verse en zonas más bajas como los valles fluviales. No se conoce con exactitud el área de invernada, aunque parece que el destino principal es África. Son abundantes  en Senegal y en los terrenos húmedos próximos al río Níger, aunque también hay ejemplares que pasan el invierno en el norte del área subsahariana. Algunos ejemplares permanecen en la Península Ibérica durante el invierno refugiados en zonas cálidas de menor altitud.

Las poblaciones que se reproducen en la Península se consideran tradicionalmente pertenecientes a la subespecie “medalla blanca” Luscinia svecica cyanecula, aunque algunos autores recomiendan denominarla azuricollis, por las diferencias existentes dentro de la subespecie cyanecula, entre los ejemplares nidificantes ibéricos y los del centro de Europa.

Los machos de esta subespecie se caracterizan por una mancha blanca intercalada en el azul del pecho, aunque muchos machos reproductores no presentan la mancha distintiva y el plumaje de su pecho es totalmente azul, sin restos de blanco. En cualquier caso, este plumaje característico de color azul pertenece solamente a los machos y es más llamativo en el período de celo.

La subespecie Luscinia svecica svecica posee un medallón de color rojizo en el centro de la mancha azul. Es mucho más escasa y esporádica en sus pasos por la Península. En total, se reconocen unas 10 subespecies de pechiazules con diferencias de tamaño y color que los especialistas tratan de catalogar.

A primeros de mayo, las hembras de pechiazul se dedican en solitario a incubar entre 4 y 8 huevos, de los que nacerán  los pollos unos 15 días después. Los machos se ocuparán de su alimentación a base de insectos, dieta principal de los pechiazules. Puede haber una segunda puesta en el mes de junio, pero en este caso los machos se desentienden de los pollos y continuan alimentando a los jóvenes de la primera nidada.

Luscinia svecica, pechiazul, se reproduce también en Francia, Alemania, los Balcanes, Países Bálticos, Rusia. También en el norte de Escandinavia, de hecho su nombre “svecica” quiere decir “de Suecia”. En Asia se extiende por Siberia hasta Mongolia. Mide unos 14 cm de longitud y 20 de envergadura alar. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Burhinus oedicnemus, alcaraván común

Burhinus oedicnemus, alcaraván común

Burhinus oedicnemus, alcaraván común

Burhinus oedicnemus, alcaraván común. Un ave extraña por su aspecto, que recuerda al de las gaviotas, aunque el alcaraván prefiere las estepas, arenales, cultivos de cereal, eriales y campos secos.

Su presencia se pone de manifiesto por su inconfundible y agudo grito crepuscular y nocturno que emite en vuelo: “currr-liii”. Sin embargo, a plena luz del día se mimetiza con el entorno permaneciendo inmóvil o agachado para no ser descubierto. Se mueve con carreras cortas y rápidas manteniendo una postura encorvada y deteniéndose de repente para vigilar el entorno.

Se distribuye por casi toda la Península Ibérica, aunque es escaso o inexistente en las zonas más húmedas de la franja norte.

El alcaraván común incrementa ligeramente sus efectivos en invierno con la llegada de otros congéneres desde Francia o Gran Bretaña, momento del año en que llega a formar bandos.

Los machos de Burhinus oedicnemus, alcaraván común, realizan un extraño ritual de cortejo. Delante de un grupo de hembras, el macho del alcaraván estira el cuello, entreabre las alas y extiende la cola en forma de abanico. De repente, las hembras salen corriendo hacia él, pero éste se para y corre hacia ellas cogiendo palos y piedras con el pico que lanza hacia atrás. La explicación a este comportamiento solamente la saben los alcaravanes…, aunque, la verdad,  hay machos humanos que resultan aún más grotescos en sus rituales de cortejo y no saben por qué lo hacen.

Volviendo al alcaraván, su original ritual se lleva a cabo entre los meses de abril y julio. Tras el apareamiento, el nido se construye al abrigo de plantas, en agujeros del suelo o entre piedras que los propios alcaravanes enriquecen aportando material, que incluye excrementos de conejo. La hembra deposita dos huevos que son incubados por ambos progenitores durante cuatro semanas aproximadamente. Los pollos empiezan a volar seis semanas después de nacer.

Los alcaravanes se alimentan de caracoles, babosas, insectos y lombrices. Tampoco descartan algún pequeño roedor o anfibio. Son aves grandes, de unos 40 cm de altura. En ellos destacan sus grandes ojos amarillos y su pico y patas también amarillos.

En la Sierra de Guadarrama, Burhinus oedicnemus, alcaraván común, no está presente en el área montañosa, pero sí en la rampa serrana, y no es extraño escuchar su sonoro reclamo cuando en los crepúsculos o las noches veraniegas sobrevuelan las poblaciones de estas zonas de la sierra. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Prunella collaris, acentor alpino

Prunella collaris, acentor alpino

Prunella collaris, acentor alpino

Prunella collaris, acentor alpino. Aunque no es un ave muy abundante, lo es bastante más de lo que se cree. El hecho de encontrarse en zonas muy altas de montaña permite que pase desapercibido.

El acentor alpino nidifica y pasa buena parte del año en su hábitat preferido, los canchales, roquedos y pastos de alta montaña donde abundan piornales y enebros rastreros. Cuando el frío y la nieve se hacen notar, desciende de altitud, sin dejar los aforamientos y cortados rocosos de montaña o sus proximidades, pero en zonas más resguardadas, de modo que es posible verlo en los senderos y caminos de media montaña.

Prunella collaris, acentor alpino, se distribuye en la Península Ibérica por el Pirineo, Cordillera Cantábrica, Sierra de Guadarrama, Gredos, Sierra de Neila y Picos de Urbión, en el Sistema Ibérico y Sierra Nevada, si bien en Invierno puede verse en zonas aledañas al abandonar las zonas más altas que constituyen su hábitat principal.

Es un pájaro robusto, de unos 18 cm de longitud. Nidificante en la Península, con aportaciones de ejemplares provenientes de Europa durante el invierno, época en la que se vuelve gregario, formando pequeños grupos de entre 5 y 20 individuos.

El canto de Prunella collaris es fuerte y llamativo, lo emite tanto en vuelo como en puntos destacados del paisaje que lo rodea. A pesar de sus costumbres discretas, no duda en acercarse al ser humano, y no es extraño que nos sorprenda con su canto desde posiciones descaradamente cercanas.

El celo de los machos comienza en el mes de abril. El emparejamiento se produce a mediados de mayo, la hembra pone cuatro huevos de color azul en un nido que previamente ha elaborado la pareja conjuntamente. La incubación, también conjunta, dura unas dos semanas y los pollos salen del nido, situado entre las rocas, a los 15 o 18 días. Tres semanas después están en condiciones de volar, pero no dejan de ser vigilados atentamente por el macho, que se ocupa de ellos en esta última fase hasta que aprenden a alimentarse por su cuenta. Durante este tiempo han sido alimentados por la pareja a base de insectos, principal dieta del acentor alpino, pero también con semillas y materia vegetal.

Prunella collaris, acentor alpino, está considerada como especie de interés especial en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

 

 

 

 

 

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Ciconia ciconia, cigüeña blanca

Población de Ciconia ciconia sobre un tejado.

Población de Ciconia ciconia sobre un tejado.

 

 

Ciconia ciconia es el nombre científico de la cigüeña blanca o común, una especie migratoria aunque parcialmente, ya que cada año son más los individuos que permanecen en la Península Ibérica. No obstante, en el área de las poblaciones cercanas a nuestra Sierra, la gran mayoría de los ejemplares están presentes desde enero a agosto.

Con una altura de entre 1 y 1,5 metros y una envergadura alar de casi 2 metros, llegan a pesar 5 Kg. Las parejas, que son fieles toda su vida, suelen utilizar el mismo nido cada año, de tal modo que cada vez va adquiriendo mayor porte y peso alcanzando los 500Kg.

La puesta de entre 3 y 5 huevos se efectúa en el período de abril a  mayo, y los dos miembros de la pareja se alternan incubándolos durante 30 días. Los “cigoñinos” volarán dos meses después de salir del cascarón.

La cigüeña se alimenta de roedores, insectos, anfibios, reptiles y también de basura, siendo frecuente verla en vertederos. Prefiere zonas húmedas, dehesas ganaderas y rechaza la alta montaña.

Inconfundible su “crotoreo”, sonido que emiten a la vez que echan la cabeza hacia atrás y que les sirve para comunicarse.

Está presente en la mayoría de los pueblos serranos, donde utilizan campanarios,  tejados, postes y torretas de tendido eléctrico para construir sus nidos. Es fácil ver grandes concentraciones de ellas en dehesas y prados húmedos construyendo sus nidos sobre los árboles, con preferencia por los fresnos desmochados. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO  para GUADARRAMISTAS

Cigüeña común. Ciconia ciconia.

Cigüeña común. Ciconia ciconia.

Trepador azul (Sitta europaea)

Trepador azul.

Trepador azul.

Común en nuestros bosques, particularmente abundante en los de pino silvestre, el trepador azul es una pequeño pajarillo del orden passeriforme, que apenas alcanza los 15 cm y un peso de unos 20 gramos.

 

Es asombroso ver como se mueve por los troncos, sube, baja, gira alrededor de ellos, desciende al suelo y vuelve a subir a otro tronco. Esa habilidad también le permite ocultarse de nosotros. Según damos vueltas alrededor del tronco para observarlo el trepador las va dando simultáneamente para esconderse.

 

Sus afiladas uñas y poderosas patas le permiten desplazarse por los troncos sin necesidad de usar el pico o la cola. Se alimenta de insectos y semillas que en sus viajes interminables por los árboles va encontrando.

 

Aprovecha los nidos de los pájaros carpinteros haciendo en ellos una pequeña reforma. Como el agujero que hace el carpintero en el tronco es demasiado grande, lo estrecha con barro para ajustarlo a su tamaño y evitar que se cuelen intrusos. Una vez acondicionado el nido,  la hembra incuba entre 6 y 10 huevos durante 15 días. Los pollos tardan unas cuatro semanas en volar. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

 

El pregonero del bosque

El arrendajo en su hábitat natural

Una de las aves que suelen acompañarme en los paseos por el bosque es el arrendajo Garrulus glandarius. Similar en tamaño a la urraca, algo más pequeño y estilizado, es un córvido con un plumaje muy vistoso. Se caracteriza por sus sonoros y estridentes graznidos de alerta, que en más de una ocasión sobrecogen, no en vano hay quien le llama el “pregonero del bosque”. Especialmente llamativa es su manía obsesiva por esconder bellotas entre los huecos de los árboles y en el suelo, estrategia que emplean para mantener a salvo una buena despensa de alimento cuando los insectos del verano dejan de existir. Por suerte para la propagación de la planta, el arrendajo olvida con facilidad el lugar donde escondió su botín, o simplemente no lo necesita.

Otro comportamiento que llama la atención en este animal es la relación que mantiene con las homigas rojas Formica rufa. Estas hormigas, habitantes del pinar, por donde se mueve como pez en el agua el arrendajo, construyen hormigueros que llegan a alcanzar una altura de un metro y de metro y medio de diámetro. Justo encima del hormiguero el arrendajo se sitúa y ahueca sus alas, esperando ser bombardeado por el ácido fórmico que esta especie de hormigas lanza con fuerza para defenderse. Parece ser que el ácido fórmico sirve de desinfectante y potente limpiador para el plumaje. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

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