Archive / DIARIO DE UN GUADARRAMISTA

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CUARTA SEMANA DE MAYO 2010

M. phoebe.

M. phoebe.

La primavera avanzada y el verano son los mejores momentos para descubrir mariposas en la Sierra de Guadarrama. Las especies propias de las zonas altas de montaña tienen unos ciclos vitales algo más tardíos que los que podemos encontrar en las zonas bajas, ya que las temperaturas pueden sufrir considerables descensos durante la primavera. Por ello, cuando en el piedemonete la vegetación empieza a ser escasa como consecuencia del calor, allá por el mes de julio, las zonas frescas de montaña se encuentran en su momento de esplendor y muestran una variedad propia de mariposas.

E. aurinia

E. aurinia

En estas semanas soleadas de  finales de mayo y durante el mes de junio, las zonas cercanas a arroyos que se encuentran húmedas son el lugar preferido de reunión para multitud de lepidópteros, que acuden a libar sales minerales del suelo mojado. Celastrina argiolus, Polyommatus semiargus, Euphydrias aurinia, Melitaea trivia, Melithaea phoebe, Glaucopsyche alexis, Cupido minimus o Iphiclides feisthamelii son algunas de las que he encontrado juntas, pacíficas y atareadas en sus labores de supervivencia. Un espectáculo maravilloso. Os lo recomiendo. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

C. semiargus

C. semiargus

Cupido minimus

Cupido minimus

M. trivia

M. trivia

I. feisthamelii

I. feisthamelii

C. argiolus

C. argiolus

TERCERA SEMANA DE MAYO 2010


Cópula de odonatos

Cópula de odonatos

Los odonatos –grandes libélulas y delgaditos caballitos del diablo- son seres fascinantes. Todo en su vida resulta exagerado y extremo. Se puede decir que viven siempre en el filo de la navaja o al límite de lo imposible.

Durante toda su existencia son carnívoros. En su estado larvario viven a veces durante años en el agua devorando a casi todos los seres de la charca que se cruzan en su camino, incluso larvas de otros odonatos, ya que existe la depredación en esta especie.

Cuando llega el momento de salir al exterior vuelven a estar en peligro, ya que la larva trepa por la noche a una hierba o junco y muda su exoesqueleto -equivalente a nuestra piel-. Después debe esperar a que tanto sus alas como su nueva coraza se endurezcan para echar a volar. En el transcurso de este cambio pueden ser atacados por infinidad de enemigos, y a veces el proceso no se desarrolla correctamente y terminan con deformaciones en alas y cuerpo que les impiden vivir mucho tiempo.

Anax imperator

Anax imperator

En la fase adulta son extraordinarios voladores. Se paran en el aire, suben, bajan y hacen todo tipo de piruetas, inimaginables en cualquier aeronave creada por el hombre. Sus ojos compuestos de “omatidios” actúan como si se tratasen de un entramado de televisores que les permiten captar el movimiento por encima de ellos o por debajo. Su boca es fuerte y se extiende y abre para engullir a sus presas, a las que devora en el aire o posado, si son demasiado grandes.

Patrullan las charcas en busca de alimento, y también lo hacen para expulsar a los rivales en un incesante ir y venir siempre en alerta. Por si fuera poco, hasta en las tareas amorosas son extremos. El macho captura al vuelo a la hembra sujetándola por detrás de la cabeza con unas pinzas que posee al final del abdomen e inmediatamente finalizada la cópula se apresuran para depositar los huevos. A  veces el macho sujeta a la hembra y vigila mientras ella pone los huevos dejándolos caer desde el aire. Durante la cópula, otros machos tratan de interrumpir para ocupar el lugar del macho expulsado, causando daños, a veces irreparables, a la hembra.

Con la esperanza de observar a los primeros odonatos de la primavera, investigué alrededor de las charcas que se forman en las turberas de montaña. Allí solamente pude ver algunos ejemplares de Pyrrhosoma nymphula, un precioso caballito del diablo de color rojo bastante frecuente al comienzo de la temporada. Desde mediados de junio hasta finales de agosto será el momento de los odonatos de montaña.  Más abajo en las orillas de uno de los embalses que abastecen a Madrid, con temperaturas más altas que las de la turbera, aparecieron: la libélula emperador Anax imperator, Enallagma cyathigerum, Orthetrum cancellatum e Ischnura graellsii.

Pyrrhosoma nymphula

Pyrrhosoma nymphula

Enallagma cyathigerum

Enallagma cyathigerum

Otra cosa fascinante de los odonatos es que machos y hembras de la misma especie tienen diferentes colores, y además van cambiando esos colores y hasta el aspecto según el momento de la vida en que se encuentren.

Cuidemos a nuestros odonatos no contaminando o ensuciando arroyos, charcas, embalses o estanques. La Sierra de Guadarrama, y en general la Comunidad de Madrid, son un lugar ideal para observarlos, ya que nuestra situación geográfica permite ver especies propias del norte y también del sur. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Ischnura graellsii

Ischnura graellsii

Orthetrum cancellatum hembra

Orthetrum cancellatum hembra

SEGUNDA SEMANA DE MAYO 2010

P. bellargus.

P. bellargus.

Esta segunda semana del mes de mayo ha resultado demasiado fría y ventosa para lo que es habitual en estas fechas. Incluso ha vuelto a nevar por encima de los 1.200 metros.

Después del paso de la borrasca, algunas especies de lepidópteros que se venían observando han desaparecido totalmente, como es el caso de Tomares ballus. Otras, como Iphiclides podalirius, han sufrido el desgaste de sus alas e incluso se ven moribundas y algunos licénidos como Aricia cramera o Polyommatus bellargus son menos numerosas.

Entre las numerosas flores de diferentes especies de diente de leon Taraxacum sp. y mayas  Bellis sp. se dan cita gran número de dípteros, fundamentalmente taquínidos, así como diversas especies de himenópteros.

Las especies de plantas florecidas en encinares y robledales siguen aumentando. A las ya existentes se suman otras como las viboreras Echium sp. que empiezan a dar un tomo azulado a los campos, la leche de gallina Ornithogalum umbellatum, las retamas, la hierba turmera Tuberaria guttata, la arenaria roja Spergularia rubra, el altramuz silvestre Lupinus angustifolius, diferentes especies de linaria Linaria sp. y las orquídeas Orchis morio que también aparecen al borde de los caminos forestales entre los pinares de montaña.

Díptero. taquínido

Díptero. taquínido

Himenóptero

Himenóptero

En las dehesas y encinares, abubillas Upupa epops, oropéndolas Oriola oriola, cucos Cucus canorus, ruiseñores bastardos Cettia cetti, pinzones Fringilla coelebs, verdecillos Serinus serinus, verderones Carduelis chloris y carboneros Parus major vuelven a retomar sus cantos una vez que el temporal ha pasado, interrumpidos por el escandaloso graznido de  los rabilargos Cyanopica cyana. En lo alto, un grupo de buitres leonados Gyps fulvus vuelan en círculos, y junto a los milanos reales Milvus milvus, ratoneros Buteo buteo y el fugaz paso del águila calzada Hieraetus pennatus completan los avistamientos de rapaces.

Entre tanto, la alta montaña empieza a prepararse para su período de esplendor. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Ornithogalum sp.

Ornithogalum sp.

Lupinus angustifolius

Lupinus angustifolius

Iphiclides podalirius

Iphiclides podalirius

PRIMERA SEMANA DE MAYO 2010

Papaver sp.

Papaver sp.

Comenzaba Miguel Hernández en su Romancillo de Mayo diciendo… Por fin trajo el verde Mayo/ correhuelas y albahacas/ a la entrada de la aldea/ y al umbral de las ventanas./; Y nadie mejor que el poeta supo describir las hermosas mañanas, tardes y noches de este mes…” Con luna y aves las noches/ son vidrio de puro claras;/ las tardes de puro verdes;/ de puro azul esmeraldas;/ plata pura, las auroras/ parecen de puro blancas/ y las mañanas son miel/ de puro y puro doradas”… Lo dijo un hombre sabio, de campo, que conocía la Naturaleza, un hombre en el buen sentido de la palabra, bueno, que diría Antonio Machado.

Antocharis cardamines

Antocharis cardamines

Anchusa undulata

Anchusa undulata

Flores y más flores, tantas especies que no se pueden describir todas. Algunas de ellas os las muestro en las fotos: el Ranunculus peltatus que tapiza los arroyos, el amor del hortelano Galium aparine que se engancha en nuestros pies con esa especie de garfios diminutos que permiten a la planta superar obstáculos y trepar por encima de sus competidoras, esa otra planta con el curioso nombre de chupamieles ondulada Anchusa undulata, las amapolas Papaver sp., que especialmente en los días nublados hacen que el color rojo pierda su nombre y sea color de amapola, las primeras orquídeas Ophrys lutea y Ophrys speculum, las aristoloquias Aristoloquia longa, los geranios silvestres Geranium sp., las violas de diferentes especies, silenes, muscaris y una interminable lista imposible de reproducir.

Ranúnculo acuático

Ranúnculo acuático

Galium aparine

Galium aparine

Entre las mariposas, podemos ver las primeras Aricia cramera y Antocharis cardamines, que se unen a las que ya desde Abril nos acompañan, y en el suelo entre las secas hojas de roble un pequeño y nervioso estruendo que nos sobresalta cada poco tiempo, la lagartija colilarga Psamodromus algirus, cuyos machos siguen mostrando un precioso color rojo de celo en su cuello, porque la Naturaleza rinde en este mes de mayo  homenaje al poeta…”Al verlo venir se han puesto /cintas de amor las guitarras, /celos de amor las clavijas,/ las cuerdas lazos de rabia,/ y relinchan impacientes por salir de serenata. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Psammodromus algirus

Psammodromus algirus

Ophrys lutea

Ophrys lutea

Aricia cramera

Aricia cramera

Ophrys speculum

Ophrys speculum

CUARTA SEMANA DE ABRIL 2010

Xysticus sp.

Xysticus sp.

Sympecma fusca

Sympecma fusca

A finales de abril empiezan a asomar los primeros brotes del roble melojo Quercus pyrenaica. Vista desde lejos, la montaña adquiere tres franjas de color claramente diferenciadas, la del roble, la del pino silvestre y los retazos blancos de las nieves en la cumbre que aún perduran.

Con la aparición de los brotes del melojo parece que la vida en el robledal se ha puesto manos a la obra. En el suelo, multitud de arañas del género Pardosa, Pardosa sp., aparecen al acecho de presas entre las hierbas. Destaca una rechoncha y preciosa araña Xysticus sp. que ante nuestra presencia a ras de suelo para fotografiarla, abre sus patas en tono de amenaza, para huir en cuanto dejamos de seguirla.

Muscari comosum

Muscari comosum

Narcissus pallidulus

Narcissus pallidulus

Zerynthia rumina

Zerynthia rumina

Los hongos también están presentes, las lluvias primaverales los hacen aparecer en abundancia, tal vez para paliar la falta de ellos en el pasado otoño que fue muy seco. Destacan los Coprinus comatus y otras especies de hongos blancos que crecen sobre los excrementos de ganado Coprinopsis sp.

Coprinopsis sp.

Coprinopsis sp.

Las primeras mariposas arlequín Zerynthia rumina también se dejan ver y muestran su hermoso colorido. Igualmente, los odonatos tienen su representante, se trata de un caballito del diablo Sympecma fusca que es el único de nuestros odonatos que inverna, y que incluso puede verse lejos del agua en días favorables de pleno invierno.

El encinar se empieza a vestir de amarillo, pues ya apuntan las flores de la encina  Quercus ilex subsp. Ballota, que en unos días darán un color magnífico a este imponente árbol. En el suelo, el encinar se adorna con multitud de flores, entre ellas destacan los Muscari comosum y los Narcissus pallidulus, y unas curiosas gramíneas, también amarillas Luzula campestris.

Luzula campestris

Luzula campestris

Ya de vuelta, llama la atención el intenso amarillo que desprenden algunas fincas en la dehesa. Miles de plantitas de pimpájaro Brassica barrelieri tiñen de color amarillo el suelo, que iluminado por el sol contrasta con los ocres y verdes de la montaña, y el gris profundo de la tormenta que se avecina. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Campo cubierto de Brassica barrelieri

Campo cubierto de Brassica barrelieri

TERCERA SEMANA DE ABRIL 2010

Saltícido

Saltícido

Por fin la primavera empieza a despertar de verdad. Lo anuncian los incesantes cantos de los verdecillos Serinus serinus, los hermosos reclamos de los mirlos Turdus merula, el “cu-cu” del cuco Cuculus canorus, fiel a su cita, y el “cotoliu” de la oropéndola Oriolus oriolus, que allá en lo más alto de las copas de los fresnos se mueve sin ser vista dispuesta a iniciar sus labores de cría. Los dos ruiseñores, el común Luscinia megarhynchos y el bastardo Cettia cetti no paran de cantar, cada uno a su manera. El primero, de esa forma melodiosa, clara y limpia que le ha dado fama, insistente y alegre; hasta por la noche sigue cantando. El segundo, de forma menos melodiosa, pero sonora y primaveral, allá donde haya un bosquete o unos árboles de ribera se le escucha como si llevara un megáfono para advertir de su presencia. El curioso alcaraván Burhinus oedicnemus nos regala una especie de lamento que se escucha al atardecer.

Oropéndola en su nido.

Oropéndola en su nido.

Los insectos son cada vez más numerosos. Entre las mariposas siguen presentes las Tomares ballus, las Lycaena phlaeas, Coenonympha pamphilus, las primeras Celastrina argiolus que se posan sobre las flores de Geranium, probablemente Geranium molle; y la primera Zerynthia rumina por fin hace acto de presencia.

En los huecos de las piedras unas curiosas arañas corretean buscando presas. En cuanto perciben nuestra presencia saltan hacia el suelo para tratar de ocultarse y volver después a iniciar la escalada por la piedra en busca de su grieta protectota. Son saltícidos, familia Salticidae, y se alimentan de unas pequeñas moscas Muscidae que suelen pararse a tomar el sol en las piedras y a las que atrapan saltando sobre ellas.

Celastrina argiolus

Celastrina argiolus

Muscidae

Muscidae

La flora aumenta sus efectivos en la dehesa, el robledal y el encinar, permaneciendo aún discreta en las zonas más altas. Destacan los narcisos Narcissus pallidulus, la fumaria Fumaria officinalis y Fumaria reuteri, la pamplina Stellaria media y el pimpájaro Brassica barrelieri que pronto cubrirá de un intenso amarillo los campos. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Brassica barrelieri

Brassica barrelieri

Fumaria officinalis

Fumaria officinalis

Pamplina

Pamplina

SEGUNDA SEMANA DE ABRIL 2010

Tampoco ha sido una semana cálida. Los últimos coletazos del invierno en forma de lluvias y bajas temperaturas no han permitido ver una gran variedad de especies vegetales ni animales. Los puertos de Navacerrada, Navafría, Canencia y La Morcuera presentan un aspecto todavía  bastante invernal, lo mismo que el pinar de Valsaín. En estas zonas habrá que esperar aún unos días para empezar a sentir la primavera.

Pollistes dominula

Pollistes dominula

E, aurinia

E, aurinia

En el piedemonte y en los valles más resguardados la vida se abre camino, y a las especies de la semana anterior se unen ahora otras de reciente aparición. Entre las plantas empiezan a destacar algunas gramíneas que en breve se harán grandes y dueñas del suelo, como la grama cebollera  Poa bulbosa. A las cada vez más numerosas mayas Bellis perennis se unen, entre otras,  el diente de león Taraxacum officinale, la preciosa Potentilla reptans, comúnmente denominada cincoenrama, la verónicas y algunas violetas Viola sp., además de la hierba cana Senecio vulgaris.

Tomares ballus

Tomares ballus

Los insectos son también cada vez más frecuentes, aunque el frío aún presente y las nubes casi constantes no permiten observarlos con facilidad. En los ratos de sol, además de las invernantes aparecen las primeras Lycaena phlaeas y Coenomympha pamphilus, y se une a ellas la  extraordinaria Tomares ballus de vida corta, ya que a finales de mes habrá desaparecido. Una oruga de Euphydryas aurinia se une al grupo de lepidópteros avistados. Las avispas Pollistes dominula se asolean en un muro, y las típulas Tipula sp con su forma de gran mosquito, pero absolutamente inofensivo, revolotean entre las hierbas.

Tipula sp.

Tipula sp.

Senecio vulgaris

Senecio vulgaris

Cincoenrama vista superior

Cincoenrama vista superior

Poa bulbosa

Poa bulbosa

Observo las aves habituales de la semana pasada con algún refuerzo más y el insistente reclamo de la abubilla Upupa epops. Se echa de menos al cuco Cuculus canorus, pero no tardará porque entre el día 10 y 15 de Abril suele escucharse, más que verse.

Podarcis muralis

Podarcis muralis

Las lagartijas Podarcis muralis también toman los rayos de un sol que cuando asoma lo hace con fuerza. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO  para GUADARRAMISTAS

PRIMERA SEMANA DE ABRIL 2010


El despertar de la primavera ya se empieza a notar. Las cumbres siguen cubiertas de nieve aunque el deshielo nutre los embalses y hace que los arroyos presenten una imagen impresionante.

Lythria purpurata

Lythria purpurata

A medida que se desciende en altitud se empiezan a ver las primeras plantas que aportan matices de color al suelo, como los dos tipos de lamio, Lamium amplexicaule y Lamium purpureum junto al azafrán serrano Crocus carpetanus y la preciosa romúlea Romuela bulbocodium. A ellas se suman otras plantas de flores blancas como el zurrón de pastor Capsella bursa-pastoris, la nevadilla Paronychia argentea que cubre el suelo a modo de manto blanco de escarcha, el mastuerzo menor Cardamine hirsuta y las diminutas cabecitas de las mayas Bellis perennis.

Bibio sp.

Bibio sp.

Los amentos de los sauces Salíx sp. son un banquete para multitud de dípteros e himenópteros. Algunas avispas, seguramente del género Pollistes toman el sol en los muros de piedra granítica que deslindan las fincas ganaderas, ya en la zona de transición entre el robledal y la dehesa. Unos pequeños dípteros Bibio sp.

Efemera sp.

Efemera sp.

empiezan a dejarse ver. Más adelante serán multitud y fuente de alimento para otros seres, son las moscas de San Marcos. Una preciosa mariposa nocturna pero de vuelo también diurno me asombra con sus preciosos colores. Es la Lythria purpurata.

Entre la hierba y cerca del arroyo una efímera Efemera sp trata de escapar a mi presencia, y en cuanto llega a lo alto de la brizna por la que trepa, vuela para hacer posibles los objetivos de su breve vida.

Romulea bulbocodium

Romulea bulbocodium

Entre las aves destacan verderones, verdecillos con su insistente canturreo, carboneros, pinzones currucas, mitos, mirlos, lavanderas Motacilla alba, urracas, gavilanes, milanos, ratoneros, algún águila que no llego a identificar, probablemente real Aquila chryasetos ,buitres leonados, etc.

Me llaman la atención los primeros  aviones comunes Delichon urbica que sustituyen en el campo a su pariente la golondrina común Hirundo rustica que ya ha llegado a los pueblos. Otra golondrina, la daúrica  Hirundo daurica ha llegado o está a punto de hacerlo, y por supuesto alegra la vista la preciosa cigüeña blanca Ciconia ciconia a la que aún le  falta casi un mes para ver nacer a sus cigoñinos.

Lamium amplexicaule

Lamium amplexicaule

Lamium purpureum

Lamium purpureum

Por más que lo intento no soy capaz de descubrir anfibios, tan invisibles para mi como lo son también el gato montés que pulula por el robledal Felis silvestris, la garduña Martes foina o el zorro Vulpes vulpes, al que si veo con frecuencia pero fugazmente. Y anfibios hay, y se oyen. En las charcas que las lluvias y nieves de este invierno han formado tienen que estar los tritones jaspeados Triturus marmoratus, los gallipatos Pleuroledes waltl, o la rana común Rana perezi, entre otros. La primavera no tiene ya marcha atrás. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

CUARTA SEMANA DE MARZO 2010

Puerto de La Morcuera

Puerto de La Morcuera

El paseo de hoy se inicia en el Puerto de la Morcuera a unos 1.800 metros de altitud, en el término municipal de Rascafría, haciendo límite con el de Miraflores de la Sierra.

La Morcuera, situada en la Cuerda Larga y más concretamente a unos 300 metros por debajo de la cima de La Najarra es un privilegiado balcón desde el que se divisa el Macizo de Peñalara, los Montes Carpetanos y el maravilloso Valle de Lozoya.

Turbera de La Morcuera

Turbera de La Morcuera

En estas alturas el frío sigue presente y las precipitaciones siguen siendo de nieve, por lo que no se aprecia demasiada presencia ni actividad de fauna o flora. Esta actividad llegará de forma especialmente abundante y rica –con algunas especies poco frecuentes en otros lugares-, a partir de junio y especialmente en julio. Aún así, el azafrán serrano Crocus carpetanus tapiza algunas praderas, lo mismo que los narcisos Narcissus bulbocodium que aguantan estoicamente las inclemencias meteorológicas.

En vista de la falta de especies que fotografiar decidimos hacer el trayecto en coche recorriendo  parcialmente el Valle de Lozoya, hasta llegar al Arroyo de la Angostura en un tramo comprendido entre Rascafría y el Puerto de Cotos. El Arroyo de la Angostura es mucho más que un “arroyo”, un enorme caudal de agua saltando entre piedras y bajando entre pinares, tejos, y abedules. Realmente dicho arroyo no es otro que el mismísimo río Lozoya, que se denomina Angostura en su tramo alto por las angostas zonas por donde discurre. Tras unos impresionantes parajes en cuyas zonas más inaccesibles vive la nutria Lutra lutra y algún desmán ibérico Galemys pyrenaicus, el Lozoya pasa a adoptar su nombre adulto ya cerca del Embalse de Pinilla, que recoge sus famosas aguas y continuará su curso hasta encontrar al Jarama del que es afluente.

Arroyo de la Angostura-Río Lozoya

Arroyo de la Angostura-Río Lozoya

Para acabar el paseo y atracarnos de una buena dosis de Valle de Lozoya, nada mejor que subir al Mirador de los Robledos. Desde allí la visión del Valle es espectacular con gran parte de las alturas de la Sierra de Guadarrama a la vista, incluyendo Peñalara, el Risco de los Claveles, el Reventón y el Puerto de Navafría. Un paraíso para la fauna, la flora y el recogimiento que los monjes de la Cartuja de  Santa María de El Paular supieron apreciar. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Valle de Lozoya

Valle de Lozoya

TERCERA SEMANA DE MARZO 2010

Issoria Lathonia

Issoria Lathonia

Oruga de E. aurinia

Oruga de E. aurinia

Los días soleados de esta época del año vienen a anunciar la primavera que justo por estas fechas se inicia. Aún así, el tiempo sigue siendo inestable y están por venir algunos días aún propios del invierno, sin descartar alguna nevada.

Tal vez por eso los cautos robles melojos Quercus pyrenaica parecen no haberse enterado de que ha llegado el momento de echar sus hojas, y con la sabiduría y prudencia de los más viejos el lugar esperan y observan como los más osados se desperezan al tibio sol.

A ras de suelo una plantita con flores diminutas que parecen de papel translúcido brilla y aportan un tono blanco entre el verde predominante. Son las nevadillas Paronychia argentea. Por doquier, unas plantas con curiosas hojas rematadas en un diminuto racimo de flores blancas se elevan sobre diferentes especies de Sedum. Son lo que comúnmente se denomina zurrón de pastor Capsella bursa-pastoris. Otras pequeñas flores de Geranium sp., junto a los Lamium amplexicaule y Lamium purpureum ponen el punto de color rosa a un suelo en el que destacan los blancos de los primeros Bellis perennis florecidos, a los que acompañan las flores del diente de león Taraxacum officinale.

Entre las mariposas, se une a las habituales invernantes la Issoria Lathonia y son frecuentes en la zona las orugas de Euphydryas aurinia, que no tardarán en aparecer en estado adulto, mas o menos para cuando los gamones Asphodelus albus estén en su esplendor. La actividad si que ha llegado a tope a las mariquitas  Coccinella septempunctata que se afanan en perpetuar la especie aprovechando el calor del sol.

Nevadilla

Nevadilla

Zurrón de pastor

Zurrón de pastor

Entre las aves, los mirlos Turdus merula ya entonan sus cantos de reclamo, además de por supuesto causar algún sobresalto al paseante con sus espantadas ruidosas de advertencia. Los carboneros Parus major, verdecillos Serinus serinus, mitos Aegithalus caudatus, pinzones Fringilla coelebs, chochines Troglodytes troglodytes, currucas cabecinegras Sylvia melanocephala y petirrojos Erithacus rubecula aportan la banda sonora de este paseo por la dehesa. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para  GUADARRAMISTAS

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