Tag Archives: fauna peninsular

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio o pequeño capricornio de las encinas, como también se le denomina, es un coleóptero perteneciente a la familia de los cerambícidos o escarabajos longicornes.

Es una de las cuatro especies del género Cerambyx que se distribuyen por la Península Ibérica, en concreto,  Cerambyx scopolii, Cerambyx miles, Cerambyx welenssii y Cerambyx cerdo.

Cerambyx scopolii mide hasta 3 cm de longitud, destacando sus largas antenas, que en el macho llegan a ser de mayor tamaño que el cuerpo. No es una especie muy común, aunque al igual que su pariente, Cerambyx cerdo, es mucho más abundante en la Península Ibérica y el área mediterránea que en el centro y norte de Europa.

Los adultos se pueden observar, ocasionalmente, entre los meses de mayo y julio, en  claros y zonas soleadas de los bosques donde se encuentren los árboles en los que se desarrolla. Las encinas, robles, hayas, quejigos, y en general, todas las quercíneas, caducifolios y árboles frutales, son elegidos por Cerambyx scopolii para hacer sus puestas de huevos. Las larvas viven en galerías dentro de la madera, completando su desarrollo hasta convertirse en adultos, fase que puede durar más de dos años.

En el ámbito de la Sierra de Guadarrama prefiere los nutridos bosques de roble melojo, Quercus pyrenaica, abundantes en las primeras rampas montañosas o los encinares del pie de monte serrano.

 Cerambyx scopolii es denominado pequeño capricornio en contraposición a su congénere Cerambyx cerdo, al que se llama gran capricornio o gran capricornio de las encinas, ya que su tamaño es el doble, superando los 6 cm de longitud. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Cerambyx scopolii

Cerambyx scopolii

Misumena vatia

Misumena vatia

Misumena vatia

Misumena vatia es una araña perteneciente a la familia Thomisidae,  las denominadas arañas cangrejo.

Al igual que otros congéneres, Misumena vatia posee la cualidad de la homocromía, es decir, es capaz de adaptar su color al lugar donde se encuentra  para capturar los insectos que forman parte de su dieta. Los colores adoptados pueden ser el amarillo y el blanco, principalmente. El cambio de color tarda, aproximadamente, dos días en hacerse efectivo.

Para dar caza a sus presas no prepara las típicas telas de araña. Su técnica consiste en la captura al acecho, para lo cual espera con sus patas delanteras extendidas y dispuestas, hasta que una víctima se ponga a su alcance. Precisamente su aspecto, sus movimientos –puede caminar de lado- y la postura, similares a los de un cangrejo, determinan el nombre común de este género como arañas cangrejo.

Después de atrapar a su presa, Misumena vatia clava sus venenosos quelíceros en la misma, provocándole la muerte. Al mismo tiempo, la toxina ablanda los tejidos corporales de la víctima, lo que permite a la araña absorberlos como si fueran un sorbete.

Las hembras miden entre 6 mm y 1 cm, mientras que los machos no suelen pasar de los 4 mm, lo cual les pone en serio peligro ante la poderosa hembra, que les dobla en tamaño.

La puesta de Misumena vatia se lleva a cabo durante la primavera. Las hembras utilizan la seda, ahora sí, para colgar los huevos de una especie de saco, el cual vigilan hasta que nacen las crías. Finalizado el ciclo reproductivo, nuestra protagonista muere. Serán los recién nacidos los que se encarguen de continuar perpetuando la especie. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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