Algunos apuntes muy breves y ligeros de primavera empiezan a verse en las valles y zonas más bajas de la Sierra de Guadarrama. Por supuesto las zonas altas siguen cubiertas de nieve, y este invierno especialmente lluvioso, aún no ha concedido unos cuantos días soleados. Así que, la falta de actividad en el pinar de montaña nos lleva a descender hasta los 1.100 metros para descubrir incipientes brotes de lo que pueden ser especies de Geranium, algunas plantitas de siempreviva Helichrysum stoechas, resistentes especies de Sedum, brotes de llantén Plantago sp., de pimpinela Sanguisroba minor, de viborera Echium sp., y de futuros cardos Cirsium sp, que conviven con invernales y apagadas bolinas Santolina rosmarinifolia, romeros Rosmarinus officinalis y cantuesos Lavandula stoechas pedunculata. Aún queda para que santolinas, romeros y cantuesos alegren nuestros campos.
mosca de las piedras
Diversas especies de sauces Salíx sp., apuntan ligeramente lo que en un par de semanas serán sus flores, primer reclamo serio a los insectos, especialmente dípteros y algún himenóptero como la Xylocopa violácea, que no tardarán en dejarse ver junto a las primeras avispas Polistes sp.
Aprovechando el tímido sol y el calor que desprende el coche, se posa sobre el mismo algún moscardón Calliphora vomitoria y unos pequeños y extraños insectos del orden Plecoptera a los que se denomina moscas de las piedras. Estos animales son un indicador de salud de los arroyos y ríos, ya que las larvas solamente viven en aguas limpias y sin contaminar. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS