El paseo de hoy se inicia en el Puerto de la Morcuera a unos 1.800 metros de altitud, en el término municipal de Rascafría, haciendo límite con el de Miraflores de la Sierra.
La Morcuera, situada en la Cuerda Larga y más concretamente a unos 300 metros por debajo de la cima de La Najarra es un privilegiado balcón desde el que se divisa el Macizo de Peñalara, los Montes Carpetanos y el maravilloso Valle de Lozoya.
En estas alturas el frío sigue presente y las precipitaciones siguen siendo de nieve, por lo que no se aprecia demasiada presencia ni actividad de fauna o flora. Esta actividad llegará de forma especialmente abundante y rica –con algunas especies poco frecuentes en otros lugares-, a partir de junio y especialmente en julio. Aún así, el azafrán serrano Crocus carpetanus tapiza algunas praderas, lo mismo que los narcisos Narcissus bulbocodium que aguantan estoicamente las inclemencias meteorológicas.
En vista de la falta de especies que fotografiar decidimos hacer el trayecto en coche recorriendo parcialmente el Valle de Lozoya, hasta llegar al Arroyo de la Angostura en un tramo comprendido entre Rascafría y el Puerto de Cotos. El Arroyo de la Angostura es mucho más que un “arroyo”, un enorme caudal de agua saltando entre piedras y bajando entre pinares, tejos, y abedules. Realmente dicho arroyo no es otro que el mismísimo río Lozoya, que se denomina Angostura en su tramo alto por las angostas zonas por donde discurre. Tras unos impresionantes parajes en cuyas zonas más inaccesibles vive la nutria Lutra lutra y algún desmán ibérico Galemys pyrenaicus, el Lozoya pasa a adoptar su nombre adulto ya cerca del Embalse de Pinilla, que recoge sus famosas aguas y continuará su curso hasta encontrar al Jarama del que es afluente.
Para acabar el paseo y atracarnos de una buena dosis de Valle de Lozoya, nada mejor que subir al Mirador de los Robledos. Desde allí la visión del Valle es espectacular con gran parte de las alturas de la Sierra de Guadarrama a la vista, incluyendo Peñalara, el Risco de los Claveles, el Reventón y el Puerto de Navafría. Un paraíso para la fauna, la flora y el recogimiento que los monjes de la Cartuja de Santa María de El Paular supieron apreciar. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS