Según los datos recogidos en el proyecto DAISIE (Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe), en el que ha participado el CSIC español, en Europa existen 11.000 especies invasoras de microorganismos, animales y plantas. De ellas, 1.400 están en España. De esta investigación se deduce también que más del 10% de estas especies invasoras son dañinas para los ecosistemas autóctonos y que el Mediterráneo es la zona marina más perjudicada con 1.313 de especies invasoras registradas.
Entre las cien especies más dañinas se encuentran tres muy conocidas en España: el mosquito tigre Aedes albopictus, el cangrejo rojo o americano Procambarus clarkii y el mejillón cebra Dreissena polymorpha. Estos dos últimos han acabado en algunas zonas con las especies locales por su superior competitividad por el alimento.
Casi siempre, detrás de estas situaciones está la mano del hombre. Por ejemplo, entre los casos de invasión de especies vegetales en nuestro país se encuentran numerosas especies que han saltado a nuestros campos y bosques directamente desde nuestros jardines: el carrizo de la Pampa –originario de Argentina, Uruguay y Brasil está representando ya un problema grave en algunas zonas de la provincia de Cádiz-; la acacia mimosa – esta preciosa acacia de origen australiano, espectacular en su momento de floración es extremadamente invasiva-; y también lo es la esparraguera africana -que se extiende gracias a su magníficas raíces tuberosas-.
En el terreno animal, la mariposa Monarca Danaus plexippus ,originaria del norte y sur de América, ya ha colonizado diferentes zonas del Levante español; el taladro del geranio Cacyreus marshalli, que llegó desde el continente africano –donde no supone una plaga porque tiene sus enemigos naturales- a España, a través de esquejes de geranio en macetas contaminadas con sus huevos.
Otras especies problematicas son el mapache americano, el visón americano, las hormigas argentinas, la tortuga de Florida, la cotorra de Kramer –originaria del norte y centro de África, así como del sur de Asia-…
La gravedad se acentúa cuando la especie alóctona en cuestión es competidora directa con una autóctona en peligro de extinción. El resultado es una paulatina pero segura reducción de la diversidad biológica de la zona. ISABEL PÉREZ para GUADARRAMISTAS