El despertar de la primavera ya se empieza a notar. Las cumbres siguen cubiertas de nieve aunque el deshielo nutre los embalses y hace que los arroyos presenten una imagen impresionante.
A medida que se desciende en altitud se empiezan a ver las primeras plantas que aportan matices de color al suelo, como los dos tipos de lamio, Lamium amplexicaule y Lamium purpureum junto al azafrán serrano Crocus carpetanus y la preciosa romúlea Romuela bulbocodium. A ellas se suman otras plantas de flores blancas como el zurrón de pastor Capsella bursa-pastoris, la nevadilla Paronychia argentea que cubre el suelo a modo de manto blanco de escarcha, el mastuerzo menor Cardamine hirsuta y las diminutas cabecitas de las mayas Bellis perennis.
Los amentos de los sauces Salíx sp. son un banquete para multitud de dípteros e himenópteros. Algunas avispas, seguramente del género Pollistes toman el sol en los muros de piedra granítica que deslindan las fincas ganaderas, ya en la zona de transición entre el robledal y la dehesa. Unos pequeños dípteros Bibio sp.
empiezan a dejarse ver. Más adelante serán multitud y fuente de alimento para otros seres, son las moscas de San Marcos. Una preciosa mariposa nocturna pero de vuelo también diurno me asombra con sus preciosos colores. Es la Lythria purpurata.
Entre la hierba y cerca del arroyo una efímera Efemera sp trata de escapar a mi presencia, y en cuanto llega a lo alto de la brizna por la que trepa, vuela para hacer posibles los objetivos de su breve vida.
Entre las aves destacan verderones, verdecillos con su insistente canturreo, carboneros, pinzones currucas, mitos, mirlos, lavanderas Motacilla alba, urracas, gavilanes, milanos, ratoneros, algún águila que no llego a identificar, probablemente real Aquila chryasetos ,buitres leonados, etc.
Me llaman la atención los primeros aviones comunes Delichon urbica que sustituyen en el campo a su pariente la golondrina común Hirundo rustica que ya ha llegado a los pueblos. Otra golondrina, la daúrica Hirundo daurica ha llegado o está a punto de hacerlo, y por supuesto alegra la vista la preciosa cigüeña blanca Ciconia ciconia a la que aún le falta casi un mes para ver nacer a sus cigoñinos.
Por más que lo intento no soy capaz de descubrir anfibios, tan invisibles para mi como lo son también el gato montés que pulula por el robledal Felis silvestris, la garduña Martes foina o el zorro Vulpes vulpes, al que si veo con frecuencia pero fugazmente. Y anfibios hay, y se oyen. En las charcas que las lluvias y nieves de este invierno han formado tienen que estar los tritones jaspeados Triturus marmoratus, los gallipatos Pleuroledes waltl, o la rana común Rana perezi, entre otros. La primavera no tiene ya marcha atrás. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS