Tampoco ha sido una semana cálida. Los últimos coletazos del invierno en forma de lluvias y bajas temperaturas no han permitido ver una gran variedad de especies vegetales ni animales. Los puertos de Navacerrada, Navafría, Canencia y La Morcuera presentan un aspecto todavía bastante invernal, lo mismo que el pinar de Valsaín. En estas zonas habrá que esperar aún unos días para empezar a sentir la primavera.
En el piedemonte y en los valles más resguardados la vida se abre camino, y a las especies de la semana anterior se unen ahora otras de reciente aparición. Entre las plantas empiezan a destacar algunas gramíneas que en breve se harán grandes y dueñas del suelo, como la grama cebollera Poa bulbosa. A las cada vez más numerosas mayas Bellis perennis se unen, entre otras, el diente de león Taraxacum officinale, la preciosa Potentilla reptans, comúnmente denominada cincoenrama, la verónicas y algunas violetas Viola sp., además de la hierba cana Senecio vulgaris.
Los insectos son también cada vez más frecuentes, aunque el frío aún presente y las nubes casi constantes no permiten observarlos con facilidad. En los ratos de sol, además de las invernantes aparecen las primeras Lycaena phlaeas y Coenomympha pamphilus, y se une a ellas la extraordinaria Tomares ballus de vida corta, ya que a finales de mes habrá desaparecido. Una oruga de Euphydryas aurinia se une al grupo de lepidópteros avistados. Las avispas Pollistes dominula se asolean en un muro, y las típulas Tipula sp con su forma de gran mosquito, pero absolutamente inofensivo, revolotean entre las hierbas.
Observo las aves habituales de la semana pasada con algún refuerzo más y el insistente reclamo de la abubilla Upupa epops. Se echa de menos al cuco Cuculus canorus, pero no tardará porque entre el día 10 y 15 de Abril suele escucharse, más que verse.
Las lagartijas Podarcis muralis también toman los rayos de un sol que cuando asoma lo hace con fuerza. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS