G. rhamni.

G. rhamni.

Esta mariposa es de las primeras que vemos, incluso antes de iniciarse la primavera. Se trata de una invernante que aprovecha los rayos del sol para calentarse y darse una vuelta –veloz como un rayo- los días del mes de febrero y marzo que las temperaturas lo permiten. Posteriormente pone sus huevos y muere dando paso a la generación que nos acompañará durante el verano, y que será la que sobreviva hasta el año siguiente.

Parece ser que su capacidad para soportar las heladas y el frío intenso reside en una mezcla de proteínas y sales que poseen en su fluído corporal.

Su tamaño es grande, hasta 5,5 cm de envergadura, y su forma de hoja, inconfundible. Los machos tienen un color amarillo más intenso que las hembras.

Resulta casi imposible ver su anverso, ya que no extienden las alas cuando se posan. Solamente en los momentos previos a la cópula, la hembra extiende las alas y eleva el abdomen, adoptando la curiosa postura que podéis ver en la foto.

Hembra con las alas extendidas, instantes antes de la cópula.

Hembra con las alas extendidas y posición que indica rechazo al macho.