De profesión, lobero
Para nosotros, contemporáneos de las redes sociales y el teléfono móvil, se hace difícil imaginar cómo era la vida de los lugareños en la Sierra de Madrid hace casi dos siglos. Algo que nos dará idea de ello es el hecho de que existiera la profesión de lobero, ocupación de enorme prestigio popular.
El lobero se ocupaba de dar caza al temido lobo para mantener a salvo de sus destrozos a rebaños y habitantes. No era un puesto muy solicitado ni era necesario convocar a concurso u oposición pública a los aspirantes. El o los más intrépidos del lugar desarrollaban su carrera profesional a base de acciones y obtenían el reconocimiento y la recompensa de sus vecinos de manera voluntaria.
En este contexto y a principios del 1800 se hace famosa la figura de Antonio Robledo, vecino de Miraflores de la Sierra, famoso por sus atrevidas maneras, ya que este lobero no se conformaba con restar piezas entre las manadas de lobos, sino que buscaba y localizaba las loberas para robar y matar a los lobeznos allí puestos a buen recaudo por sus madres. Su modus operandi se hizo muy famoso no sólo en Miraflores, Manzanares y Bustarviejo, sino en todo el valle del Lozoya.
Antonio Robledo, más conocido como el Tío Francachela, tenía como herramientas de trabajo un saco y un garrote, y desarrollaba su peculiar trabajo a partir de junio en las zonas más inaccesibles de la montaña. Tan famosas llegaron a ser sus andanzas que consiguió por aclamación popular que la Diputación le concediera una pensión vitalicia como pago a su labor. Se conoce también que incluso el gobernador de Segovia le regaló una escopeta, que por cierto, jamás llegó a utilizar, según las crónicas.
Su figura ha quedado en el recuerdo de sus paisanos de forma perenne a través de una fuente dedicada en su homenaje por un convecino suyo, don Isidoro Jiménez, que podemos ver a las afueras de Miraflores, en la carretera que lleva al Puerto de la Morcuera y Rascafría.
El ser humano es así, capaz de sacar de su madriguera camadas de lobeznos para acabar con el lobo de toda una comarca e incapaz de sacar para siempre el lobo que lleva dentro. ISABEL PÉREZ para GUADARRAMISTAS. (SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO ENCONTRARÁS MÁS INFORMACIÓN DE OTROS INTERESANTES ANTIGUOS OFICIOS DE LA NATURALEZA EN NUESTRO LIBRO LA NATURALEZA Y SUS OFICIOS).
¡Qué historia tan interesante!
De esas cosas que nos contaban nuestros abuelos, que se van transmitiendo durante generaciones y nos gusta oír ¿por qué? Quizás porque valoramos el esfuerzo, la lucha del hombre con la naturaleza para sobrevivir, yo qué sé por qué…
¿Sabes una cosa que me ha gustado mucho? Que no llegara a usar la escopeta, no le hacía falta…
Un buen relato
Salud y disfrute de la naturaleza
Gracias, Pele. Seguiremos introduciendo relatos e historias curiosas y sorprendentes de la Sierra de Guadarrama y sus pobladores, y espero que te gusten también. Yo he leído tus interesantísimos comentarios en Mirada Natural desde hace tiempo y disfruto con tus indescriptibles tomas. Ángel me habló de ti. Estamos en contacto. ISABEL PÉREZ
No hay un lobo en cada mata, si no donde menos se percata.
Carquesia florida, loba parida.
“29 de Mayo , loba parida y monte cerrado”
Dos lobas a una oveja proto le quita la pelleja.
Dos lobas a un pan mal trato le dan.
Esta eran las asignaturas y la forma tradicional de aprender el oficio, con refranes estilo pueblo claro, el aula la linde lejana del arroyo del Revedul.
Gracias por tus comentarios Javi. Recibe un saludo.