Amanita muscaria.

Amanita muscaria.

 

Por suerte, la gran mayoría de las setas que encontramos en nuestra sierra no son venenosas. Buena parte de ellas no son comestibles, bien porque su tamaño y consistencia no permiten su consumo, o porque saben mal, pican o son desagradables al paladar. Otro grupo es el de las setas comestibles que aún siéndolo, no resultan especialmente sabrosas y por tanto no son muy buscadas. Por supuesto, también está el grupo de las que además de comestibles resultan muy apreciadas desde el punto de vista gastronómico.

 

Sin embargo, no hay que descuidarse, porque hay un grupo considerable que es tóxico, y la toxicidad, mayor o menor según las especies, no nos afecta a todos por igual. Habrá personas más sensibles por padecer algún tipo de enfermedad previa, o porque reaccionen de forma más adversa que otras.

El grado de envenenamiento también puede depender de la cantidad ingerida, y en definitiva, en cada caso las consecuencias serán diferentes. En este grupo de setas tóxicas podemos mencionar la Amanita muscaria (la seta de los enanitos), Amanita pantherina (puede llegar a ser mortal), Lepiota helveola (mortal con frecuencia), Russula emética, Entoloma lividum, Boletus satanas o Clavaria formosa, entre muchas otras.

Entre las venenosas hay un grupo pequeño realmente peligroso, son las setas tóxicas mortales.  Se trata de setas atractivas a la vista, de buen color y hasta buen sabor, pero que esconden un tóxico tan potente que cuando se producen los primeros síntomas, a veces 24 o 36 horas después de su ingesta,  el hígado, los riñones y otros órganos de nuestro cuerpo pueden estar dañados irreparablemente causando la muerte.

La seta causante del mayor número de muertes en España y en casi toda Europa es la Amanita phalloides (vulgarmente conocida como oronja verde, cicuta verde en castellano, farinera borda en catalán, ilkor en euskera…). Se encuentra en encinares, robledales de roble melojo, jarales, bosques de abedules, hayas, avellanos, y hasta en pinares. Otras dos setas mortales son la Amanita verna y la Amanita virosa. La primera es considerada por algunos autores como una forma blanca de Amanita phalloides. Su hábitat es principalmente el encinar. La Amanita virosa suele darse en bosques de hayas y robles.  Recordad,  si tenéis la más mínima duda en la identificación, nunca la toméis sin antes ponerla en manos de un micólogo experto. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO  para GUADARRAMISTAS

 

 

Amanita pantherina. Foto de Didier.bier.

Amanita pantherina. Foto de Didier.bier.

 

 

 

Amanita phalloides. Foto de Mik Hartwell.

Amanita phalloides. Foto de Mik Hartwell.