A principios de primavera, en nuestra sierra hacia el mes de abril, aparece este pequeño narciso. Inconfundible por sus flores en forma de campanilla colgante de un suave color amarillo. Suele encontrarse en suelos no muy fértiles, zonas algo rocosas y prados de montaña no muy nitrogenados. Como todas las bulbosas, es una planta perenne cuyas flores desaparecen con cierta rapidez. Sin duda, uno de los primeros regalos primaverales. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS