Las larvas de este coleóptero viven enterradas en una especie de tubo excavado en el suelo. Tan solo dejan asomar sus potentes mandíbulas para atrapar a cualquier insecto que pase por delante. Luego, con la presa entre sus tenazas, la arrastra al fondo del tubo donde en segundos la devora.
Una vez adulta, la cicindela sigue siendo muy voraz. Posada en el suelo lanza rápidos vuelos para cazar insectos que pasan cerca de ella, y también tiene la facultad de correr con una rapidez asombrosa para capturar a sus presas, a veces de mayor tamaño que ella.
En estado adulto es frecuente verla en los caminos de tierra a pleno sol siempre pendiente de cazar. Resulta muy complicado acercarse a ella ya que en cuanto detecta nuestra presencia se aleja unos metros con un rápido vuelo o con una poderosa carrera. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS