El llantén mediano, al igual que otras especies del género Plantago, ha sido empleada como medicinal desde muy antiguo. Se dice que los romanos ya usaban estas plantas para aliviar multitud de dolencias, incluido el terrible dolor de muelas y las infecciones oculares.
Su nombre, plantago, deriva del latín planta (pie), algo así como un pie o una pisada, y hace referencia a la forma de sus hojas. También esas hojas con forma de pie sirven para limpiar y curar heridas debido a la presencia de una sustancia antibiótica denominada aucubigenina. Esta sustancia pierde sus efectos antisépticos con la cocción, por lo que las hojas, una vez limpias, deben aplicarse directamente sobre las heridas.
Por si no fueran suficientes sus propiedades medicinales, el llantén contiene ácido salicílico, que actúa favorablemente ante las enfermedades respiratorias.
Plantago media es una especie propia de Europa central y occidental que se introdujo en Norteamérica. Se cuenta que los indios norteamericanos la denominaban “pisada de hombre blanco”, ya que crecía en los lugares colonizados por los europeos. Esto puede parecer un tanto extraño, pero si tenemos en cuenta que las semillas del llantén se pegan literalmente a los pies y los pantalones cuando se hidratan, debido a que tienen un alto contenido en mucílagos, no es del todo improbable pensar que acabaran siendo transportadas en el calzado o la ropa de los colonizadores.
Los mucílagos, además de un modo de transporte para las semillas, son especialmente beneficiosos en el tratamiento del estreñimiento. Aumentan, ablandan y suavizan el tamaño de las heces por lo que favorecen su expulsión, algo que por supuesto no ha pasado desapercibido para la industria farmacéutica. Actualmente se comercializan medicamentos a base de mucílagos de Plantago ovata, también denominado llantén indio, indicados para combatir el estreñimiento, las hemorroides, y como protectores de intestino y estómago.
El llantén mediano o Plantago media, de un bonito colar rosado y entre 20 y 50 cm de altura, florece entre mayo y agosto. Lo podemos encontrar en herbazales húmedos, casi encharcados, y altitudes de hasta 2.000 metros. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS