Pisaura mirabilis pertenece a la familia Pisauridae, una familia que comprende más de 500 especies conocidas en todo el mundo. Los pisáuridos viven en el suelo y sobre las hojas de las plantas. Algunas especies están adaptadas a caminar sobre la superficie del agua, gracias a unos pequeños pelillos que les permiten flotar.
Se las denomina arañas lobo, aunque realmente las conocidas comúnmente como arañas lobo pertenecen a la familia de los licósidos, Lycosidae. Ambas tienen en común la misma forma de cazar; no utilizan telas, sino que capturan a sus presas persiguiéndolas, saltando sobre ellas y atrapándolas con su patas delanteras.
Lo más curioso de Pisaura mirabilis es el cortejo nupcial que organizan los machos. Las hembras tienen una longitud de 1,5 cm y son algo más grandes y fuertes que los machos. Ante la posibilidad de no ser bien recibido por la hembra, el macho captura un insecto, lo envuelve en un capullo de seda y acude a “presentarse” ante ella ofreciéndole el obsequio. Si la hembra rechaza el regalo el macho lo intenta con otra hembra, y si finalmente no consigue ser aceptado por ninguna, se come el regalo. Si la hembra acepta el apetitoso insecto envuelto en seda, el macho copulará con ella mientras ella lo come. De esta forma, el macho consigue que la hembra esté entretenida durante las horas que dura el apareamiento, y tenga sus peligrosos quelíceros dedicados al alimento y alejados de él.
La hembra de Pisaura mirabilis depositará los huevos en un pequeño capullo móvil –ooteca- que transporta entre sus quelíceros, o lo que es lo mismo, entre sus “colmillos” durante un par de semanas. Antes de la eclosión de las crías, construye una especie de capucha o carpa de seda donde dejará anclado el capullo. Al nacer, las pequeñas arañitas tienen un cobijo bajo esa capucha de seda que su madre estará vigilando permanentemente, hasta que se valgan por sí mismas e inicien su vida independiente.
Pisaura mirabilis puede observarse frecuentemente en márgenes boscosos, quieta sobre las plantas y con las patas delanteras extendidas a la espera de alguna presa, preferentemente moscas. Su actividad se desarrolla entre los meses de mayo y agosto. Se alimenta de moscas, pero también de saltamontes y otros pequeños insectos. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS