Empusa pennata es un insecto pariente de las mantis, que se caracteriza por su aspecto de palo y su inconfundible penacho o cresta en la cabeza.
La empusa Empusa pennata o mantis palo, como se conoce comúnmente, vive donde la vegetación reseca le permite mimetizarse. El aspecto de estos insectos y su capacidad para permanecer inmóviles les hace pasar completamente inadvertidos, por lo que la dificultad que supone descubrirlos hace que parezcan menos comunes de lo que realmente son.
Empusa pennata se distribuye por el sur de Europa, de forma más abundante en la zona occidental, en la que se encuentra la Península Ibérica. Prefiere terrenos propios del monte mediterráneo con matorrales, arbustos y herbáceas de bajo porte, con ambientes secos y cálidos. Los machos miden entre 5 y 6 cm, -son algo más pequeños que las hembras que pueden alcanzar unos 8 cm de longitud-. Se alimentan capturando pequeños artrópodos con sus potentes y espinosas patas delanteras. Su estrategia de caza es idéntica a la de las mantis, consiste en aguardar al acecho aprovechando su mimetismo, y lanzar un rápido ataque contra las desprevenidas presas, a las que empiezan a devorar aún vivas.
Las ninfas de Empusa pennata nacen en verano, pasan el invierno en estado semiadulto, en una especie de letargo o diapausa invernal, y se terminan de desarrollar completamente en la siguiente primavera. Por ello, los adultos solamente se observan en la estación primaveral, mientras que en pleno verano únicamente podemos encontrarnos con las ninfas.
La empusa es absolutamente inofensiva para el ser humano, es decir, ni pica, ni muerde, aunque su aspecto, realmente “extraterrestre”, causa cierto reparo a mucha gente. Las protuberancias de su cabeza y la forma de la parte final del abdomen de las ninfas ha hecho que se compare a este insecto con la imagen representada del diablo. De hecho, su nombre Empusa esta relacionado con el “Hades” o infierno de los antiguos griegos. Empusa era la guardiana del Hades o infierno en la obra “Las ranas” de Aristófanes, capaz de cambiar de aspecto y seducir a los hombres para beber su sangre y devorarlos. Quizá la asociación venga de esa costumbre de devorar al macho después de la cópula, que siempre se comenta de las mantis, algo que no es tan frecuente como se dice y aún lo es menos en el caso de las empusas.
En cualquier caso, el aspecto de Empusa pennata, que es una animal benéfico, pues actúa como controlador de plagas, le ha servido para ser relacionado con el infierno, algo común a otros animales en la Grecia antigua, como los perros de tres cabezas o “cancerberos” también guardianes del Hades, o el chacal Anubis en la religión de los antiguos egipcios. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS