Messor.sp. Hormigas con alas. La  hembra, de mayor tamaño que el macho.

Messor.sp. Hormigas con alas. La hembra, de mayor tamaño que el macho.

Hay un fenómeno que tiene lugar a principios del otoño –aunque también a veces en primavera-, coincidiendo con las primeras lluvias de la estación y la posterior salida del sol, y que convierte a las hormigas en protagonistas. Seguro que hemos sido testigos de él, pero no hemos sabido interpretarlo correctamente. Se trata del vuelo nupcial de las hormigas.

En todos los hormigueros de las miles de especies de hormigas que existen en el mundo hay hormigas obreras –las más conocidas-, una o varias reinas y hormigas de ala macho y hembra. Las primeras se pasan toda su vida trabajando duramente para abastecer de alimento a la comunidad y mantener en orden el hormiguero –entre otras labores, también se encargan de la guardería, es decir, de alimentar y mantener a salvo a las larvas-. Por su parte, la labor de la reina es la de poner cientos y cientos de huevos sin descanso durante toda su vida, es decir, la de crear mano de obra continuamente, ya que las pérdidas de vidas son cuantiosas en los trabajos  del exterior del hormiguero.

Messor sp.

Messor sp.

Pero, ¿qué hacen mientras tanto las hormigas de ala?. Aunque suelen permanecer dentro del hormiguero, a veces también salen al exterior, pero no tienen ninguna función asignada, salvo la de vivir sin obligaciones. Claro está que en una sociedad tan bien organizada como la de las hormigas, la buena vida tiene caducidad.

Las hormigas de ala tienen la función de garantizar la reproducción, no de su hormiguero, sino de la especie, por lo que llegado el momento –las primeras lluvias y posterior salida del sol-, salen del hormiguero volando, tanto las hembras –de mayor tamaño- como los machos –más pequeños-, y  sin perder ni un ápice de tiempo, se aparean en el aire. Los machos mueren casi inmediatamente después y las hembras fecundadas que sobreviven pierden rápidamente las alas –que ya no necesitan-, excavan un primer orificio en la tierra donde entierran sus primeros huevos y cuando ya disponen de una colonia lo suficientemente numerosa inician la creación de un nuevo hormiguero. Esa salida masiva de hormigas de ala de los hormigueros es lo que llamamos vuelo nupcial. A la vista humana, el cortejo se transforma en nubes de hormigas aladas que proporcionan un espectáculo maravilloso cuando se ven brillar sus alas a la luz del sol. Los pájaros también lo celebran agradeciendo tan inesperado festín de alimento. ISABEL PÉREZ para GUADARRAMISTAS