Myrmeleon formicarius (Hormiga león). La hormiga león no es una hormiga. Pertenece al orden de los neurópteros, mientras que las hormigas son himenópteros. Lo de “león” le viene por su ferocidad y por lo implacable que resulta cazando cuando todavía es una larva.
La larva de Myrmeleon formicarius fabrica en el exterior de su guarida un montículo de arena con el centro en forma de cráter. De hecho, a simple vista parece un hormiguero. Sin embargo, el hormiguero es una trampa, la fina arena que forma el montículo es “movediza”, y cuando otro insecto camina por encima acaba resbalando hacia el centro del cráter. Allí le espera la larva enterrada hasta la cabeza con sus poderosas mandíbulas abiertas. Capturada la presa, la devora expulsando después los restos al exterior procediendo inmediatamente a rehacer la trampa con más arena fina y piedrecitas. Toda una ingeniería al servicio de la supervivencia.
La hormiga león es difícil de ver en estado adulto (ejemplar de la fotografía), ya que durante las horas de luz suele permanecer oculta, volando durante el crepúsculo. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS