Libelloides longicornis. Los libelloides son insectos pertenecientes a la familia de ascaláfidos, a su vez integrados en el orden de los neurópteros.
En la Península Ibérica podemos disfrutar de seis especies de libelloides, Libelloides longicornis, baeticus, hispanicus, ictericus, cunii y coccajus. Todas ellas son de similar aspecto, aunque varía la coloración de sus siempre vistosas alas y la longitud de sus antenas.
Libelloides longicornis recibe su nombre “longicornis” de la longitud de sus antenas. Las larvas viven en el suelo, bajo piedras y restos vegetales. Los adultos son cazadores, vuelan de forma pausada reconociendo el espacio aéreo hasta dar con los pequeños insectos que constituyen su alimento. En ese momento se lanzan a gran velocidad y con destreza para dar caza a sus presas.
Son activos en las horas centrales de día, a pleno sol. Se desenvuelven en herbazales y terrenos más o menos boscosos, secos y cálidos, donde haya vegetación alta y árboles en las cercanías. Ocasionalmente los podemos ver posados en tallos de gramíneas, con las alas plegadas sobre su cuerpo, en forma de tejadillo, o abriéndolas para termorregularse –calentarse- a primeras horas de la mañana, o si el día es algo fresco o nublado, momento en el que dejan contemplar toda su belleza.
Libelloides longicornis es una de las cuatro especies presentes en el ámbito de la Sierra de Guadarrama, las otras son Libelloides hispanicus, Libelloides baeticus y Libelloides ictericus. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS