Graphosoma lineatum es un insecto del orden de los hemípteros –Hemiptera-, que se alimenta de savia de las plantas y deja un desagradable olor en las manos si se manipula.
Al igual que ocurre con otros hemípteros de la familia de los pentatómidos –Pentatomidae-, Graphosoma lineatum se incluye dentro del grupo conocido como chinches hediondas. Decir que algo “huele a chinches” es equivalente a decir olor desagradable, expresión coloquial que se emplea aunque la mayoría de la gente nunca haya olido a estos seres. En cualquier caso, no hay que confundir estos chinches de las flores con los que causan picaduras en seres humanos, ya que estos últimos son los llamados chinches de las camas, sin duda mucho más desagradables y transmisores de enfermedades.
Graphosoma lineatum es absolutamente inofensivo, mide hasta 1 cm de longitud y presenta un llamativo color rojo surcado por inconfundibles rayas negras. El abdomen está marcado con manchas de color negro que resaltan sobre el rojo predominante de todo su cuerpo. Está presente en toda la Península Ibérica donde puede verse en primavera y verano en las inflorescencias de las umbelíferas, que son sus plantas nutricias. En ocasiones llegan a concentrarse en gran número sobre estas plantas de las que absorben sus jugos. Habita herbazales y campos donde haya presencia de umbelíferas, llegando a ocupar zonas montanas por encima de los 2.000 metros.
Más allá del mal olor que puede dejar en las manos si lo tocamos, Graphosoma lineatum resulta ser un vistoso insecto que hará lo posible por esconderse de nuestra presencia buscando la parte inferior de las flores o el reverso de los tallos. Con sus llamativos colores advierte a sus depredadores de que no es un “bocado” de buen gusto, una estrategia que usan los insectos venenosos o con peculiaridades como el mal olor y sabor que se denomina aposematismo. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS