Rhinechis scalaris, culebra de escalera. Es una culebra robusta que puede superar el metro y medio de longitud. No existen grandes diferencias entre machos y hembras, si acaso la cabeza es algo más ancha en los machos.
Los ejemplares jóvenes de Rhinechis scalaris presentan dos franjas que recorren la parte superior de su cuerpo hasta la cola, con una serie de manchas transversales que dan al conjunto un aspecto que recuerda al de una escalera. Este dibujo, que les otorga el nombre común y también el científico, va desapareciendo con la edad. Los ejemplares subadultos se van oscureciendo y perdiendo la marcada forma de peldaño de sus dibujos, de modo que cuando son completamente adultos, ya solamente son visibles las líneas longitudinales.
La culebra de escalera se distribuye por casi toda la Península Ibérica, faltando únicamente en la costa cantábrica. Es escasa en las zonas más frías del norte de la meseta castellana y en las montañas más septentrionales. Fuera de nuestra península habita en el sureste de Francia y el noroeste de Italia. Se considera que los ejemplares de la isla de Menorca, probablemente han sido introducidos. En las zonas más frescas no se suele encontrar por encima de los 1.300 metros de altitud, sí en el sur peninsular, donde llega a alcanzar los 2.000 metros.
Por lo general, prefiere terrenos soleados, con presencia de matorrales, pero con alternancia de cultivos, praderas y otros lugares en los que abunde su alimento, los roedores, aunque también se puede ver en sotos fluviales. Es capaz de trepar y depredar nidos de aves. Su actividad es principalmente diurna, aunque se muestra activa en busca de alimento a últimas horas de la tarde y primeras de la noche. Mata a sus presas más grandes, crías de conejo, liebres y topos por constricción.
La culebra de escalera Rhinechis scalaris es depredada por rapaces, zorros, gatos monteses y la poderosa culebra bastarda Malpolon monspessulanus.
Entre los meses de junio y julio, la hembra hace su puesta de huevos, en un número que oscila entre 4 y 14, bajo piedras o en madrigueras de otros animales, aunque también es capaz de hacer pequeños agujeros para depositarlos y darles protección. Las crías nacen entre finales del verano y comienzo del otoño. En las zonas con inviernos fríos, el período de hibernación se extiende desde el mes de noviembre hasta finales de febrero. Sin embargo, en el sur peninsular, con inviernos templados, pueden verse ejemplares activos durante todo el año. En el mes de agosto, cuando las temperaturas son más altas, reduce su actividad y entra en estado de letargo a la espera de un descenso de las mismas.
Al igual que otros reptiles, las culebras de escalera son perseguidas injustificadamente por el ser humano. La ignorancia y la superstición llevan a matar a estos animales cuando resultan ser buenos aliados de los hombres de campo, ya que mantienen a raya a topillos, topos y otros animales que dañan los cultivos cuando se convierten en plaga. También sufren los continuos atropellos de los vehículos, por desgracia tienen la “mala” costumbre de regular su temperatura al calor del asfalto.
Rhinechis scalaris, culebra de escalera es totalmente inofensiva. No posee glándulas venenosas, por lo que en caso de ser mordidos por algún ejemplar, cosa que solamente puede producirse si se manipula al animal con la mano o se le acosa, basta con desinfectar la herida y extraer alguno de sus quebradizos y puntiagudos dientes que hayan podido quedar incrustados.
En el ámbito de la Sierra de Guadarrama, Rhinechis scalaris ocupa las zonas de pie de monte, a veces en las proximidades de las poblaciones y de los terrenos cultivados donde le resulta mas fácil encontrar alimento. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS