Scolopendra gigantea, escolopendra gigante, es la más grande de las escolopendras conocidas. Alcanza hasta 30 cm de longitud y se alimenta de insectos, pequeños roedores, anfibios, reptiles e incluso aves. También se atreve con los murciélagos, a los que captura trepando por las oscuras y húmedas paredes de las cuevas donde estos se refugian.
La picadura de Scolopendra gigantea es muy dolorosa, sin embargo, no resulta mortal habitualmente para el ser humano, salvo complicaciones derivadas de reacciones alérgicas o del estado de salud de la persona que haya sufrido la picadura. En cualquier caso, además del intenso dolor, produce inflamación y necrosis en la zona afectada, sudoración, alteración de la frecuencia cardíaca, mareos y estado de debilidad.
Las hembras son muy cuidadosas con sus puestas, las cuales vigilan celosamente enrollando su cuerpo alrededor de ellas. Las escolopendras necesitan humedad para no deshidratarse, por ello prefieren terrenos húmedos, piedras, huecos de árboles y hojarasca para refugiarse de la sequedad y el sol. También por eso su actividad es preferentemente nocturna. En el caso de Scolopendra gigantea, el ambiente permanentemente húmedo y umbrío en el que habita facilita su hidratación permanente. No obstante, suele ocultarse para evitar a sus depredadores, por lo que suele elegir la noche para la captura de presas.
Scolopendra gigantea se distribuye por América del Sur y algunas islas sudamericanas. La más conocida es la escolopendra gigante del Amazonas, aunque existen diferentes subespecies que habitan distintas áreas del continente.
La técnica de caza de este miriápodo es similar a la que emplea Scolopendra cingulata, especie que habita en la península Ibérica. Utilizan sus rápidos movimientos para dar alcance a su presas, a las que propinan una picadura con sus forcípulas, unas pinzas conectadas a unas glándulas venenosas que poseen en la parte inferior de su cabeza.
A pesar de su tamaño, su velocidad y su dolorosa picadura, Scolopendra gigantea no es la más peligrosa de las especies de escolopendra para el ser humano. Algunas del continente asiático, de las que ya hablaremos, pueden ser mortales. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS