Rhynocoris erythropus es una de las denominadas chinches asesinas, implacables cazadoras de otros insectos a los que ensartan su temible y puntiaguda probóscide.
Pertenecen al orden de los hemípteros, en concreto a la familia Reduviidae, que cuenta con más de 6.000 especies conocidas en todo el mundo.
La técnica de Rhynocoris erythropus para capturar a sus presas es muy simple, a la vez que muy eficaz. Suele situarse encima de las flores mimetizado por sus colores o escondido en la parte inferior de las mismas. Cuando un insecto se posa en la flor para alimentarse, la chinche asesina lanza un rápido y fulminante ataque clavando su aguda probóscide –una especie de estilete que también le sirve para succionar-, a la vez que agarra a la víctima con sus potentes patas delanteras. Después irá, poco a poco, absorbiendo los jugos internos del insecto capturado.
Rhynocoris erythropus es una de las chinches asesinas que frecuentemente podemos ver actuar sobre las flores, principalmente umbelíferas. Su tamaño es de 1 cm aproximadamente y es visible a lo largo de la primavera y el verano. Se distribuye por toda la península Ibérica.
Está perfectamente capacitado para volar, de hecho lo hace con facilidad, aunque en caso de ser molestado prefiere ocultarse debajo de las flores. No conviene tocarlo, ya que puede producir una dolorosa picadura si se siente amenazado, aunque nunca utilizaría su trompa contra nosotros si no es para defenderse. En definitiva, los seres humanos no somos su alimento ni un producto gustoso que absorber.
Su nombre, Rhynocoris, proviene del griego, Rhinos, que significa nariz por alusión a su trompa picadora, y Koris, que quiere decir chinche. Erythropus significa pies rojos, erythros, rojo encarnado, y pous, podos, pie. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS