Rosmarinus officinalis, romero, es un arbusto perenne de aroma inconfundible e innumerables propiedades medicinales, además de culinarias.
Se distribuye por toda la península Ibérica, desde el nivel del mar hasta los 1.500 metros de altitud, en todo tipo de terrenos, aunque prefiere los calcáreos. Eso sí, el romero Rosmarinus officinalis necesita del sol, y por ello es habitual en zonas cálidas y bien soleadas como son los encinares y coscojares típicos del monte mediterráneo. Decía Linneo que el romero era tan abundante en España que los navegantes antes de ver tierra percibían su olor. Quizá un poco exagerado Linneo, pero no está mal como carta de presentación.
El néctar de las flores de romero es muy apetecido por las abejas, que elaboran con él una miel aromática de gran calidad.
Como planta medicinal, del romero destacan, entre sus múltiples propiedades, las de favorecer la circulación sanguínea, aliviar los cólicos biliares, ayudar en el tratamiento de la hepatitis, abrir el apetito y calmar el reflujo gástrico. Además se emplea en friegas para combatir los dolores reumáticos, curar heridas y evitar las ulceraciones cutáneas que se producen en personas enfermas o ancianas que llevan mucho tiempo en cama o sin poder levantarse.
Las friegas de alcohol de romero también son usuales en casos de cansancio o agotamiento, aplicadas en las extremidades. Como calmante de la tos, en infusión edulcorada con miel, su empleo es muy común y, en definitiva, hay infinidad de recetas y aplicaciones dependiendo de las zonas geográficas.
Su aroma se ha considerado siempre como la contraposición a la enfermedad y a la infección, quizá por ello se pensaba que el romero evitaba que serpientes o insectos entraran en las viviendas, aunque esto entraría más bien en el ámbito de lo mágico y las supersticiones.
Rosmarinus officinalis también tiene un aprovechamiento culinario. Sus hojas aromatizan las aceitunas y los guisos, aunque su aroma es tan intenso que hay que emplearlo con mesura. En algunas localidades se utiliza para dar sabor a embutidos, perfumar panes o postres.
También la industria de la perfumería se aprovecha de sus virtudes. Los aceites y esencias aromáticas se emplean para muchos productos cosméticos y fragancias. En resumen, si del cerdo todo se aprovecha, casi podemos decir lo mismo de esta extraordinaria planta, el romero Rosmarinus officinalis. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS