Beleño negro, Hyoscyamus niger. Esta planta relacionada tradicionalmente con el mundo de las brujas contiene unas semillas que han sido ingrediente básico de sus pócimas y ungüentos. Estas semillas eran las responsables de las sensaciones oníricas de ligereza y suspensión en el aire que ellas experimentaban al consumirlas. De ahí la leyenda de que las brujas volaban.
La realidad es que la intoxicación por beleño ocasiona sequedad de boca, vómitos, congestión, alteración en la visión, pérdida de la consciencia, delirios, alucinaciones y en algunos casos, estado de coma profundo y muerte.
Sin embargo, desde el s. XIV y hasta el XIX en que empezó a emplearse el cloroformo, el humo del beleño se utilizó para paliar fuertes dolores como el de muelas.
La planta, de hermosas flores, crece en eriales, bordes de caminos, tierras de labor y al pie de los muros de las casas, en zonas nitrófilas favorecidas por la presencia de ganado. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS. (SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, NO TE PUEDES PERDER NUESTRO LIBRO “QUE NO PISAR, NO COMER Y NO TOCAR EN LA NATURALEZA”, UNA GUÍA DE LAS ESPECIES DE ANIMALES, PLANTAS Y HONGOS POTENCIALMENTE PELIGROSOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA).