Pteridium aquilinum, helecho común tapizando un pinar

Pteridium aquilinum, helecho común tapizando un pinar

Pteridium aquilinum, helecho común. El conocido helecho común esconde algunas propiedades asombrosas. Se encuentra por todos los rincones del planeta, excepto en las zonas heladas y desérticas. 

Los bosques con suelos ácidos son el hábitat predilecto de Pteridium aquilinum, pero no el único, ya que también el helecho común se desarrolla en claros de bosques con humedad y en las proximidades de los cursos de agua. Mide entre 1 y 1,5 metros aunque puede alcanzar los 4 metros de altura.

Este helecho posee una gran capacidad para reproducirse. Sus esporas se propagan por el viento. Una vez instalado, su potente sistema de rizomas permite su rápida expansión, generando colonias extensísimas y muy longevas. Hay colonias con más de 1.500 años de antigüedad. Por si ello no fuera suficiente Pteridium aquilinum posee un arma biológica muy importante. Prácticamente ningún animal herbívoro lo consume. El helecho común sintetiza sustancias cancerígenas muy potentes, de efectos fatales sobre el organismo.

Se ha demostrado que los rumiantes alimentados con sus tallos y frondes –hojas- sufren entre otras dolencias, cáncer de estómago, de esófago y vejiga, en una proporción altísima, respecto a otros animales que no lo consumen.

En Japón, Pteridium aquilinum se ha utilizado para el consumo humano, y también se ha demostrado que las poblaciones que lo comen padecen cáncer gástrico en un porcentaje muy alto. La máxima concentración de esta sustancia la tienen los brotes tiernos, precisamente cuando el helecho es más delicado y vulnerable. No sabemos como los animales conocen esta peculiaridad, pero lo cierto es que las vacas y otros animales que pastan por los montes se abstienen de comerlo.

Otra de las armas de Pteridium aquilinum es su capacidad para evitar que otra vegetación le haga competencia. Al margen de las coníferas y árboles de porte que conviven con él, prácticamente ninguna herbácea crece bajo el manto de su sombra. Ni siquiera el fuego es un enemigo definitivo para el helecho común, lejos de terminar con él, favorece su reproducción.

Pteridium aquilinum se emplea para la obtención de colorantes, que al parecer fijan bien en las prendas textiles sin necesidad de utilizar mordientes o fijadores. También tiene la propiedad de acumular potasio, por lo que se ha usado para obtener potasa a partir de su quema.

En cuanto a sus propiedades medicinales, hay que ser muy cautelosos. Pteridium aqulinum, el helecho común, es una planta muy tóxica. En el ganado bovino la toxicidad produce fiebres altas, heces sanguinolentas, hemorragias por todo el cuerpo, sangrado de nariz, carcinomas y muerte. En los caballos produce temblores, convulsiones, pérdida del equilibrio, alteraciones cardiacas, cáncer gástrico y muerte.

En definitiva, no parece que Pteridium aquilinum sea una planta medicinal para un uso casero, aunque hay quien afirma que es vermífuga, es decir, que limpia los parásitos intestinales. Al parecer su eficacia letal se extiende hasta llegar a los parásitos. Por todo ello, mejor acudir a otros remedios más seguros y quedarnos con la preciosa estampa que estos helechos crean en el bosque. SI TE HA PARECIDO INTERESANTE ESTE ARTÍCULO, ENCUENTRA MÁS INFORMACIÓN DE ÉSTA Y OTRAS ESPECIES EN NUESTRO LIBRO «QUÉ NO PISAR, NO COMER Y NO TOCAR EN LA NATURALEZA» ÁNGEL  S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Pteridium aquilinum, helecho común. Brote

Pteridium aquilinum, helecho común. Brote