Pesadilla de bañistas en nuestro litoral, especialmente en esta época, el verano, las medusas son, además de seres fascinantes por sus capacidades y belleza, un peligro objetivo cuando se presentan agrupadas en las zonas de playa.
En las costas españolas podemos encontrarnos con algunas especies como la medusa rosa o luminescente, Pelagia noctiluca; la medusa de compases o aguamar, Chrysaora hyoscella; la aguamala o acalefo azul, Rhizostoma pulmo; la medusa huevo frito, Cotylorhiza tuberculata; la Olindias phosphorica; la cubomedusa, Carybdea marsupialis y la temida carabela portuguesa, Physalia physalis, que en realidad no es una medusa, sino un hidrozoo. Esta última puede causar la muerte por ahogamiento, ya que el simple contacto con la piel produce un dolor tan intenso que provoca la pérdida de consciencia. Se han dado casos, también, de parada cardíaca. Su veneno, muy potente, tiene efectos neurotóxicos y cardiotóxicos. Sin embargo, la carabela portuguesa es el alimento de algunas tortugas marinas.
Las otras medusas que hemos mencionado pueden provocar irritaciones leves en la piel o quemaduras más graves por el simple roce con ellas. En general, conviene evitar el baño cuando estén presentes en las playas.
En caso de sufrir un accidente con ellas, no hay que rascarse en la zona afectada, ni frotarla con toallas o arena. Tampoco debe lavarse con agua dulce, ya que el cambio osmótico hace que se disparen las células urticantes adheridas a la piel y que permanecen latentes. Lo mejor es retirar con unas pinzas los fragmentos pegados a la piel y lavar con agua salada. Aplicar algo frío, pero no hielo directamente, ya que el hielo es agua dulce. Se debe acudir a un centro médico para que sean eliminados los restos de tentáculos adheridos a la piel y se proceda a lavar las heridas convenientemente, aplicando los medicamentos adecuados. ©ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO
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