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Oxythyrea funesta

Oxythyrea funesta

Oxythyrea funesta

Oxythyrea funesta es un coleóptero perteneciente a la familia de los cetónidosCetoniidae-, que podemos ver fácilmente en primavera alimentándose de las flores.

El vuelo de Oxythyrea funesta es perceptible por su zumbido similar al de un abejorro. Mide aproximadamente 1 cm, se desplaza de flor en flor para conseguir el néctar y el polen aunque también se come sus estambres. En ocasiones son muy abundantes y constituyen una plaga de las flores de los frutales y de los rosales ornamentales. Respecto a los rosales, personalmente he podido comprobar que los de flores blancas son sus preferidos. Las larvas de Oxythyrea funesta se alimentan de las raíces de las plantas, así que estos cetónidos no están muy bien vistos en el mundo agrícola. Al margen de los daños que en ocasiones causan, hay que decir a su favor que también es un gran polinizador, con una actividad incesante.

Los cetónidos son conocidos vulgarmente como escarabajos de las flores, y constituyen una familia dentro de la gran superfamilia Scarabaeidae. Algunos cetónidos tienen colores brillantes y metálicos, pero en el caso de Oxythyrea funesta el color es poco llamativo, negro, cubierto de pelillos grisáceos y con unas motas de color blanco. Son difíciles de distinguir de los cetónidos del genero Tropinota, que también tienen las mismas costumbres y con los que comparten hábitat. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS.

Cópula de Oxythyrea funesta

Cópula de Oxythyrea funesta

Iberodorcadion perezi

Iberodorcadion perezi

Iberodorcadion perezi

Iberodorcadion perezi. Es un endemismo de la Sierra de Guadarrama. Pertenece a los comúnmente denominados escarabajos pipa, coleópteros de la familia de los cerambícidos. Sobre su pertenencia a un género o un subgénero existen discrepancias entre los científicos. Algunos consideran que Iberodorcadion debe considerarse un género específico, mientras que otros afirman que se trata de un subgénero englobado dentro de otro más amplio, el género Dorcadion.

En cualquier caso, los Iberodorcadion tienen en común su presencia en la península Ibérica. La mayoría como endemismos, es decir, solamente presentes en el ámbito peninsular.

Cada especie ocupa un lugar muy concreto de la geografía. Son insectos sin alas, que al no poder volar no son capaces de atravesar largas distancias y desniveles. Por ese motivo pueden existir dos especies distintas de Iberodorcadion situadas a corta distancia, pero cada una de ellas limitada a un área específica. Eso también supone un reto para los científicos y taxonomistas, ya que las especies difieren, a veces, por detalles difíciles de analizar. Muchas de las especies de Iberodorcadion están adaptadas principalmente a las montañas, y los valles son el límite o barrera de su distribución, como ocurre con nuestro protagonista.

Su aspecto recuerda a una pipa de girasol, con marcas negras y blancas, lo que les proporciona el nombre común de escarabajos pipa. El ciclo vital de estos interesantes seres comprende una fase larvaria que puede durar en algunas especies dos años y comprender cinco o seis fases de muda, y otra fase adulta, más corta,  que coincide con algunos meses de la primavera o el verano; dependiendo de las especies pueden incluso verse en otoño. Viven asociados a las gramíneas, de las cuales se alimentan y en cuyas raíces viven sus larvas.

Las hembras adultas de algunas especies de Iberodorcadion viven siempre cerca de la planta que las hospedó en sus raíces durante su fase larvaria, y son los machos los que deambulan tratando de encontrarlas para aparearse, objetivo principal y último de sus vidas como adultos.

Al atardecer se esconden debajo de las piedras o se ocultan semienterrando la cabeza en  el suelo, justo en la zona basal de las gramíneas de las que se alimentan.

Iberodorcadion perezi fue descrito en el año 1849 por el entomólogo Mariano de la Paz Graells, el descubridor de la mariposa Graellsia isabelae, de la que ya hemos hablado en nuestro blog. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Vipera aspis, víbora áspid

Vipera aspis, víbora áspid

Vipera aspis, víbora áspid

Vipera aspis, víbora áspid, es una de las tres especies de víbora que podemos encontrar en la península Ibérica. Las otras dos son Vipera latastei y Vipera seoanei.

Vipera aspis mide entre 60 y 70 cm, por lo que es algo más grande que sus congéneres. Se distribuye por el área pirenaica y prepirenaica. En Cataluña, además de en el Pirineo y su zona de influencia, se sitúa hasta el nivel del mar en el norte de la provincia de Barcelona y sur de Girona. También está distribuida por el norte de Soria, La Rioja, norte de Burgos y Palencia, sureste de Cantabria y  mitad sur del País Vasco.

El hábitat de Vipera aspis, víbora áspid, es variado. La podemos encontrar en el monte mediterráneo, pero lo normal es que busque zonas más frescas, como las praderas de montaña hasta altitudes superiores a los 2.000 metros. También puede verse en robledales y en otro tipo de bosques, entre piedras, rocas, canchales y muros divisorios de fincas. Es habitual de las grietas  rocosas, las oquedades y los muros de mampostería. La forma de los helechos y las sombras que estos proyectan en el suelo son similares a los dibujos que esta víbora presenta en su cuerpo, lo cual favorece su ocultación.

Es, probablemente, la víbora más “agresiva” de la península Ibérica. Se defiende con decisión. Cuando se ve amenazada puede erguirse, bufar y no duda en morder, aunque para que ello ocurra hay que molestarla seriamente. De las tres víboras presentes en la Península es la que posee el veneno más activo. Especialmente sensibles a él pueden ser los niños y las personas con problemas de salud.

En las zonas en las que coincide con la víbora hocicuda, Vipera latastei, (Burgos, norte de Soria, sur de La Rioja o Huesca), suele situarse en altitudes mayores. De tal modo que en zonas más bajas aparecería la víbora hocicuda, también ocupando terrenos pedregosos, y a mayor altitud, podríamos encontrarnos con Vipera aspis.

Es un reptil bastante longevo, ya que puede vivir hasta 20 años. Los machos pelean entre ellos para aparearse con las hembras, y después de la cópula, el macho permanece junto a la hembra para evitar que otros machos copulen con ella. Es ovovivípara, es decir, la hembra mantiene los huevos en el interior de su cuerpo, y allí dentro eclosionan las crías, que salen al exterior ya formadas, en un número que oscila entre 3 y 10 dependiendo de la fortaleza y salud de la madre.

Vipera aspis se alimenta de pequeños roedores, aves y algunos reptiles. Son depredadas por aves rapaces y algunos mamíferos como los jabalíes. También compiten con Vipera latastei, ocasionándose muertes entre ambas especies. Hibernan a partir del mes de octubre y lo hacen en grupo en las zonas más altas de montaña, mientras que en las más bajas la hibernación se produce en solitario. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS. (SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, NO TE PUEDES PERDER NUESTRO LIBRO «QUE NO PISAR, NO COMER Y NO TOCAR EN LA NATURALEZA», UNA GUÍA DE LAS ESPECIES DE ANIMALES, PLANTAS Y HONGOS POTENCIALMENTE PELIGROSOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA).

Vipera aspis

Vipera aspis

Pieris rapae, blanquita de la col

Pieris rapae, blanquita de la col

Pieris rapae, blanquita de la col © Ángel S. Crespo 2012 para Guadarramistas

Pieris rapae, blanquita de la col, es una de las mariposas más comunes de nuestros campos, con una largo período de vuelo que incluye meses en los que otras especies ya han desaparecido.

Se distribuye por toda Europa, el continente asiático, Japón y norte de África. Sus dominios se han extendido a América del Norte y Australia, continentes en los que ha sido introducida.

La extensa distribución de Pieris rapae se debe a la amplia variedad de plantas nutricias de las que se alimentan sus orugas. En general, lo hacen de cualquier planta perteneciente a la familia de las crucíferasCruciferae-, pero si es necesario se adaptan a muchas otras especies vegetales. Son consideradas una de las plagas de los cultivos de rábanos, nabos y coles, de hecho, su nombre común, blanquita de la col, ya nos da pistas sobre sus preferencias por este tipo de hortalizas.

Pieris rapae se localiza en todo tipo de terrenos, siempre que estén presentes su plantas nutricias y habida cuenta de la abundancia de especies de las que se alimenta, ello quiere decir que la podemos ver en cualquier hábitat, incluyendo la montaña, hasta alturas de 3.000 metros.

En zonas con climas suaves, Pieris rapae vuela todo el año en una continua sucesión generacional. Si el clima es riguroso en invierno, su período de vuelo discurre entre los meses de abril y noviembre, en sucesivas generaciones, y pasa el rigor invernal en estado de crisálida entre los tallos de sus plantas nutricias, en grietas de muros o entre piedras. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Pieris rapae

Pieris rapae © Ángel S. Crespo 2012 para Guadarramistas

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio

Cerambyx scopolii, pequeño capricornio o pequeño capricornio de las encinas, como también se le denomina, es un coleóptero perteneciente a la familia de los cerambícidos o escarabajos longicornes.

Es una de las cuatro especies del género Cerambyx que se distribuyen por la Península Ibérica, en concreto,  Cerambyx scopolii, Cerambyx miles, Cerambyx welenssii y Cerambyx cerdo.

Cerambyx scopolii mide hasta 3 cm de longitud, destacando sus largas antenas, que en el macho llegan a ser de mayor tamaño que el cuerpo. No es una especie muy común, aunque al igual que su pariente, Cerambyx cerdo, es mucho más abundante en la Península Ibérica y el área mediterránea que en el centro y norte de Europa.

Los adultos se pueden observar, ocasionalmente, entre los meses de mayo y julio, en  claros y zonas soleadas de los bosques donde se encuentren los árboles en los que se desarrolla. Las encinas, robles, hayas, quejigos, y en general, todas las quercíneas, caducifolios y árboles frutales, son elegidos por Cerambyx scopolii para hacer sus puestas de huevos. Las larvas viven en galerías dentro de la madera, completando su desarrollo hasta convertirse en adultos, fase que puede durar más de dos años.

En el ámbito de la Sierra de Guadarrama prefiere los nutridos bosques de roble melojo, Quercus pyrenaica, abundantes en las primeras rampas montañosas o los encinares del pie de monte serrano.

 Cerambyx scopolii es denominado pequeño capricornio en contraposición a su congénere Cerambyx cerdo, al que se llama gran capricornio o gran capricornio de las encinas, ya que su tamaño es el doble, superando los 6 cm de longitud. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Cerambyx scopolii

Cerambyx scopolii

Agalenatea redii

Agalenatea redii, mimetizada en su entorno

Agalenatea redii mimetizada en su entorno

Agalenatea redii es un araña de la familia Araneidae, de colores pardos o rojizos, con un abdomen abultado y marcado con dibujos. Fabrica sus telas entre arbustos.

La familia Araneidae, a la que pertenece Agalenatea redii, cuenta con más de 4.000 especies distribuidas por todo el mundo. Los aranéidos se caracterizan por el grosor de su abdomen, casi esférico,  y miden entre los 3 mm y 1,7 cm, aunque Agalenatea redii no supera los 7 mm, en el caso de las hembras, y unos 5 mm en el de los machos.

Podemos encontrarla en diferentes hábitats, es relativamente común en zonas cubiertas por pequeños arbustos y herbáceas como tomillos, romeros o cantuesos, donde fija sus telas radiales para dar caza a los pequeños insectos que forman parte de su dieta. Se distribuye ampliamente por la península Ibérica.

Estas arañas esperan, con aparente calma, que alguna presa caiga en su trampa, con una postura recogida y agazapada. Sin embargo, son muy activas a la hora de reparar sus telas, tarea que llevan a cabo con gran afán y rapidez. Algunos autores sostienen que tal vez de  ahí venga el origen de su nombre científico Agalenatea redii, donde “agalenatea” vendría a significar “sin calma”; del griego, “a”, sin y “galenotes”, serenidad. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Agalenatea redii

Agalenatea redii

Rhynocoris erythropus

Rhynocoris erythropus

Rhynocoris erythropus

Rhynocoris erythropus es una de las denominadas chinches asesinas, implacables cazadoras de otros insectos a los que ensartan su temible y puntiaguda probóscide.

Pertenecen al orden de los hemípteros, en concreto a la familia Reduviidae, que cuenta con más de 6.000 especies conocidas en todo el mundo.

La técnica de Rhynocoris erythropus para capturar a sus presas es muy simple, a la vez que muy eficaz. Suele situarse encima de las flores mimetizado por sus colores o escondido en la parte inferior de las mismas. Cuando un insecto se posa en la flor para alimentarse, la chinche asesina lanza un rápido y fulminante ataque clavando su aguda probóscide –una especie de estilete que también le sirve para succionar-, a la vez que agarra a la víctima con sus potentes patas delanteras. Después irá, poco a poco, absorbiendo los jugos internos del insecto capturado.

Rhynocoris erythropus es una de las chinches asesinas que frecuentemente podemos ver actuar sobre las flores, principalmente umbelíferas. Su tamaño es de 1 cm aproximadamente y es visible a lo largo de la primavera y el verano. Se distribuye por toda la península Ibérica.

Está perfectamente capacitado para volar, de hecho lo hace con facilidad, aunque en caso de ser molestado prefiere ocultarse debajo de las flores. No conviene tocarlo, ya que puede producir una dolorosa picadura si se siente amenazado, aunque nunca utilizaría su trompa contra nosotros si no es para defenderse. En definitiva, los seres humanos no somos su alimento ni un producto gustoso que absorber.

Su nombre, Rhynocoris, proviene del griego, Rhinos, que significa nariz por alusión a su trompa picadora, y Koris, que quiere decir chinche. Erythropus significa pies rojos, erythros, rojo encarnado, y pous, podos, pie. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Rhynocoris erythropus capturando una presa

Rhynocoris erythropus capturando una presa

Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo

Turdus iliacus, zorzal alirrojo, es una de las aves que buscan el refugio de la península Ibérica para pasar el invierno.

Durante el mes de octubre comienza a llegar masivamente desde el interior de Europa, donde las bajas temperaturas, los hielos y la nieve dificultan su subsistencia. La imposibilidad de encontrar alimento empuja al más pequeño de nuestros zorzales a iniciar un largo recorrido. Realiza su viaje desde Escandinavia, los países del Báltico o Islandia. Vuela durante la noche, descansa y se alimenta durante el día agrupado en bosques y zonas seguras.

Algunos años, los bandos de Turdus iliacus, zorzal alirrojo, son numerosísimos. En la década de los sesenta se produjeron situaciones excepcionales de frío en Europa que provocaron migraciones masivas. Los zorzales alirrojos llegaron incluso a colonizar pueblos del norte peninsular. Muchos de estos animales llegaban casi muertos, agotados, hasta el punto de que la gente los capturaba a mano.

El zorzal alirrojo se diferencia del zorzal común, Turdus philomelos, por ser algo más pequeño, entre 20 o 21 cm, frente a los 22 del común. También los diferencia su banda o lista superciliar blanca y el color rojizo de la cara inferior de sus alas, color que les otorga el nombre común.

Al llegar a la Península, muchos ejemplares se asientan en la franja norte. Galicia y, en general, toda la zona norteña es el principal punto de recepción. Muchos otros ejemplares atraviesan la cornisa cantábrica y se dispersan por toda la Península hasta llegar a Andalucía, incluso algunos llegan al norte de África. La costa mediterránea de Valencia, Castellón, Tarragona y las Islas Baleares también son destino habitual de estas aves. Los olivares, el monte mediterráneo y los claros forestales son sus lugares predilectos de residencia.

Su alimentación se basa en frutos silvestres, semillas y aceitunas, aunque también aprovechan la presencia de algún insecto, lombrices o caracoles, escasos en el período invernal.

Entre los meses de febrero y marzo, Turdus iliacus, zorzal alirrojo, inicia su vuelta al lugar de donde partió. Allí, en sus residencias europeas se reproduce entre mayo y junio. La hembra pone entre 4 y 6 huevos, que tras dos semanas de incubación, darán como resultado a los pollos. Después de otras dos semanas de alimentación por parte de ambos progenitores, los pollos estarán en condiciones de abandonar el nido y de incorporarse al viaje que la naturaleza les tiene deparado para el mes de octubre siguiente.

En la Sierra de Guadarrama, el zorzal alirrojo no es muy común, sin embargo, es posible ver algunos grupos en los robledales, praderas y claros de pinar, siempre en terrenos de media montaña. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

 

 

 

Misumena vatia

Misumena vatia

Misumena vatia

Misumena vatia es una araña perteneciente a la familia Thomisidae,  las denominadas arañas cangrejo.

Al igual que otros congéneres, Misumena vatia posee la cualidad de la homocromía, es decir, es capaz de adaptar su color al lugar donde se encuentra  para capturar los insectos que forman parte de su dieta. Los colores adoptados pueden ser el amarillo y el blanco, principalmente. El cambio de color tarda, aproximadamente, dos días en hacerse efectivo.

Para dar caza a sus presas no prepara las típicas telas de araña. Su técnica consiste en la captura al acecho, para lo cual espera con sus patas delanteras extendidas y dispuestas, hasta que una víctima se ponga a su alcance. Precisamente su aspecto, sus movimientos –puede caminar de lado- y la postura, similares a los de un cangrejo, determinan el nombre común de este género como arañas cangrejo.

Después de atrapar a su presa, Misumena vatia clava sus venenosos quelíceros en la misma, provocándole la muerte. Al mismo tiempo, la toxina ablanda los tejidos corporales de la víctima, lo que permite a la araña absorberlos como si fueran un sorbete.

Las hembras miden entre 6 mm y 1 cm, mientras que los machos no suelen pasar de los 4 mm, lo cual les pone en serio peligro ante la poderosa hembra, que les dobla en tamaño.

La puesta de Misumena vatia se lleva a cabo durante la primavera. Las hembras utilizan la seda, ahora sí, para colgar los huevos de una especie de saco, el cual vigilan hasta que nacen las crías. Finalizado el ciclo reproductivo, nuestra protagonista muere. Serán los recién nacidos los que se encarguen de continuar perpetuando la especie. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Vipera seoanei, víbora cantábrica

Vipera seoanei, víbora cantábrica o víbora de seoane

Vipera seoanei, víbora cantábrica o víbora de seoane

Vipera seonaei, víbora cantábrica o víbora de seoane, es una de las tres especies de víboras que conviven en la península Ibérica. Las otras dos son Vipera latastei y Vipera aspis.

Vipera seoanei se distribuye por la franja norte, en concreto, por casi toda Galicia, el norte de Portugal, la costa cantábrica y zonas montañosas de Navarra, León, Palencia, norte de Burgos, Álava y el noroeste de Zamora. Aunque también se localiza en áreas concretas del extremo suroeste de Francia, está considerada como un endemismo ibérico.

Su talla ronda los 60 o 70 cm de longitud. Es de hábitos diurnos, sus presas preferidas son los roedores, algunos reptiles como lagartijas y lagartos, anfibios y, ocasionalmente, algunos artrópodos, a los que caza al acecho. Sus depredadores son  zorros, ginetas, nutrias y algunas aves rapaces.

Se distinguen dos subespecies: Vipera seoanei seoanei y Vipera seoanei cantabrica. La primera, de más amplia distribución, prefiere zonas más húmedas. Los muros de piedra y los helechos son sus lugares predilectos para encontrar refugio. En cambio, Vipera seoanei cantabrica, distribuida por el norte de León, sureste de Galicia y suroeste de Asturias, elige terrenos algo más secos, como los robledales o brezales. La coloración de Vipera seoanei cantabrica es algo más oscura que la de Vipera seoanei seoanei, con dibujos más marcados, incluso es habitual encontrar ejemplares de color muy oscuro, “melánicos”.

El período reproductivo se inicia a comienzos de primavera, en marzo, y se prolonga hasta mayo. El número de crías que nacen dos o tres meses después oscila entre 3 y 10, dependiendo del tamaño de la hembra y de su salud. Hacia el mes de octubre comienza la fase de reposo invernal. Es una serpiente relativamente común y abundante en la Cordillera cantábrica, que puede vivir más de 12 años.

Al igual que las otras especies de víbora de la península Ibérica es venenosa. Su toxicidad depende de la zona geográfica. Se considera que Vipera seonaei cantabrica tiene un veneno más activo y peligroso que el de la subespecie Vipera seoanei seonaei, y dentro de esta última, los ejemplares del País Vasco y norte de Cantabria son menos peligrosos que el resto. No obstante, aunque su mordedura no es mortal, los efectos no son iguales en personas adultas sanas que en personas con problemas de salud, de edad avanzada o niños. En cualquier caso, ante una picadura de víbora de seoane, hay que acudir lo más rápidamente posible a un centro hospitalario. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS. (SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, NO TE PUEDES PERDER NUESTRO LIBRO «QUE NO PISAR, NO COMER Y NO TOCAR EN LA NATURALEZA», UNA GUÍA DE LAS ESPECIES DE ANIMALES, PLANTAS Y HONGOS POTENCIALMENTE PELIGROSOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA).

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