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Melanargia occitanica, medioluto herrumbrosa

Melanargia occitanica, medioluto herrumbrosa

Melanargia occitanica, medioluto herrumbrosa

Melanargia occitanica, medioluto herrumbrosa. Por los colores y dibujos de su anverso, Melanargia occitanica es muy similar a otras especies de su género, pero son las nerviaturas ocres del reverso de sus alas posteriores las que la hacen perfectamente distinguible. Eso sí, para apreciar esos bonitos colores de aspecto herrumbroso será necesario verla quieta, algo muy difícil, porque Melanargia occitanica es activa, imparable, nerviosa y desesperante para quienes pretendan acercarse a ella.

La especie presenta tres variedades localizadas en diferentes zonas de Europa y África. La primera es Melanargia occitanica occitanica y se distribuye por la Península Ibérica, en una franja que se extiende desde Portugal, ocupando la amplia zona central, y que llega hasta Cataluña en el noreste y hasta el sureste de Andalucía. La segunda, Melanargia occitanica pherusa, localizada en Sicilia; y la tercera, Melanargia occitanica pelagia, en el Atlas, en Marruecos, y el oeste de Argelia. Las tres presentan ligeras diferencias en sus dibujos y formas.

La que vuela en la Península Ibérica lo hace en una sola generación, entre los meses de abril y junio, y es la más tempranera de todas las especies del género Melanargia. Prefiere los terrenos secos y soleados característicos del monte mediterráneo, como son los espartales y tomillares con presencia de sus plantas nutricias, que son las gramíneas de los géneros Cynodon, Dactylis, StipaBrachypodium o Festuca.

Melanargia occitanica, a la que los característicos colores marrones de sus nerviaturas otorgan el nombre común de medioluto herrumbrosa o medioluto venas ocres, pasa el invierno en forma de crisálida oculta a ras de suelo, entre la vegetación reseca. El curioso nombre de medioluto, que se aplica a todas las especies del género Melanargia, proviene de la presencia de los tonos negros y oscuros -de luto-, en combinación con el blanco que presenta en el anverso de sus alas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Melanargia russiae, medioluto montañera

 Melanargia russiae

Melanargia russiae

Melanargia russiae, medioluto montañera. Como el el resto de las especies del género Melanargia, el nombre de medioluto forma parte de la denominación común de esta mariposa de colores, casi a partes iguales, blancos y negros “de luto”. Quizá no sea muy apropiada esta denominación porque la belleza de este lepidóptero invita a otras reflexiones distintas que no son precisamente a la tristeza propia del luto, pero la sabiduría popular también tiene estas cosas.

El calificativo “monteñera” si que se ajusta perfectamente a esta mariposa que solamente podemos encontrar en zonas de montaña.

Melanargia russiae se distribuye por los sistemas montañosos del norte y zona central peninsular, hasta una altitud de unos 2.000 metros.

Se considera por algunos autores que existen tres subespecies de Melanargia russiae. La primera sería Melanargia russiae russiae, presente solamente en los Montes Urales, el Cáucaso, Thian Shan -montañas fronterizas entre China y Kirguistán-, y Montes Altai -cuna de los grandes ríos Obi y Yenisei, situados entre China, Rusia, Mongolia y Kazajistán-. La segunda subespecie denominada Melanargia russiae japygia se encuentra en Sicilia y los Apeninos en Italia, y montañas de Grecia, Macedonia y Albania. La tercera subespecie corresponde a Melanargia russiae cleanthe, presente en la Península Ibérica, el Macizo Central francés y regiones central y provenzal de los Alpes. Las diferencias entre las tres suponen pequeños detalles de dibujo y otras características, que pasarían desapercibidas a cualquier observador no experto.

La subespecie que vuela en nuestras montañas lo hace en una sola generación durante los meses cálidos de verano, julio y agosto.

Las hembras depositan sus huevos en gramíneas de los géneros Poa, Stipa, Bromus o Dactylis, entre otras. Las orugas pasan el invierno en forma de crisálida ocultas entre la vegetación y hojarasca de las plantas que le han servido de alimento. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Melanargia russiae. Medioluto montañera

Melanargia russiae. Medioluto montañera

Calliphora vicina y Calliphora vomitoria

Calliphora vicina

Calliphora vicina

Calliphora vicina y Caliphora vomitoria. Las moscas del género Calliphora pertenecen a la familia Calliphoridae, orden de los dípteros. Son las “moscardas” o “moscardones” que tan pocas simpatías despiertan.

Calliphora vicina y Calliphora vomitoria son dos especies diferentes, pero con costumbres similares.  Fácilmente reconocibles, ya que son esas moscas grandes que de vez en cuando entran en las casas. Lo hacen con un potente zumbido provocando el revuelo de los moradores que tratan de expulsarlas mientras ellas se obstinan en chocar contra los cristales.

Ambas especies presentan unos tonos azulados que varían de intensidad según la incidencia de la luz. Su color es hermoso, pero es inevitable el rechazo que producen, ya que son vectores de muchos tipos de enfermedades, algunas realmente peligrosas. Hay que tener en cuenta que las moscas se posan en los alimentos después de haberlo hecho en lugares insalubres, regurgitan sus jugos gástricos y defecan sobre ellos. Por ello hay que hacer lo posible por evitar que los alimentos queden expuestos en presencia de estos insectos.

Las moscas del género Calliphora son robustas y pueden superar el centímetro de longitud, lo cual es un tamaño considerable para una mosca.

Calliphora vomitoria

Calliphora vomitoria

La hembra de Calliphora vicina es uno de los primeros insectos en acudir en presencia de un cadáver. Sobre el mismo deposita sus huevos, y sus larvas tardan en eclosionar unas 24 horas. Alimentándose del cadáver van completando su desarrollo en diferentes fases que finaliza varias semanas después. Este proceso es el que permite a los entomólogos forenses determinar la fecha de la muerte de las víctimas de homicidios, asesinatos o fallecidos en extrañas circunstancias.

Lo mismo puede decirse de Calliphora vomitoria, otra de las moscas cuyo ciclo estudian los forenses y que ayudan a esclarecer extrañas muertes humanas. Según el estado de desarrollo de la larva, los especialistas saben casi con exactitud el tiempo que hace que la persona ha fallecido.

Calliphora vicina y otras especies de dípteros necrófagos son activos ya a finales del invierno. Su macabra misión consiste en descubrir los muchos cadáveres que los fríos y las nieves dejan entre mamíferos y aves, a los que acuden raudas a depositar sus huevos.

Por supuesto, no todo podía ser desagradable en estos insectos. Las dos especies, Calliphora vicina y Calliphora vomitoria, contribuyen de forma importante a reciclar la materia orgánica, y a evitar posibles enfermedades derivadas de la descomposición de los cuerpos. Pocas veces veremos animales muertos en el campo, la propia naturaleza se encarga, a través de muchos agentes, de practicar sus peculiares “inhumaciones”.  ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Calliphora vicina, moscarda

Calliphora vicina, moscarda

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