Cistus ladanifer, jara pringosa
La jara pringosa Cistus ladanifer es probablemente una de las plantas más conocidas por sus inconfundibles flores, su aroma y sus hojas pegajosas y brillantes.
La floración masiva de la jara, entre los meses de mayo y junio, supone un espectáculo visual. Los jarales vestidos de blanco aportan al campo un aspecto inconfundible similar al de una gran nevada pero en plena primavera, a lo que sin duda contribuye el tamaño de sus flores de hasta 10 cm de diámetro.
La jara pringosa ocupa suelos silíceos, pobres, con escasa vegetación. Los encinares degradados y zonas de tránsito entre encinar y robledal son el espacio que ocupa esta planta todo terreno capaz de sobrevivir en las condiciones más duras y en los suelos más difíciles. Es un arbusto perenne que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura, aunque lo normal es encontrarlos con menor porte, entre 1,5 y 2 metros.
Cistus ladanifer recibe su nombre científico de la pertenencia a la familia de las cistáceas Cistus, y del ládano, ladanifer, sustancia pegajosa y aromática que desprenden sus hojas.
El ládano es una sustancia resinosa que la planta emplea para evitar competencia de otras especies vegetales. Al parecer, inhibe el crecimiento de otras plantas, lo que viene muy bien a la jara que ya se las tiene que apañar en suelos pobres que no ofrecen muchos nutrientes que compartir.
Actualmente, el ládano se emplea en la industria de la perfumería, y antiguamente era muy apreciado como cicatrizante, sedante, desinfectante y para elaborar una sustancia que supuestamente ayudaba a curar las hernias. Para la recolección del ládano se empleaban cabras, a las que se dejaba en los jarales con la intención de que terminaran impregnadas de esta sustancia pegajosa. Posteriormente, se procedía a “peinar” a los animales y así separar de su pelo la preciada resina. Otro método más “moderno” y más higiénico era la cocción de las hojas de jara pringosa hasta conseguir una especie de pez o brea con la que incluso se llegaron a embrear las calles de algunas poblaciones zamoranas. Zamora es una de las provincias de España con más abundancia de esta planta.
Además del ládano, la propia madera de la jara y las hojas han tenido sus usos tradicionales. Las flechas o dardos usados en las ballestas medievales se fabricaban con madera de las ramas de jara, y de las hojas cocidas, junto a otras especies vegetales, se obtenía una sustancia que servía para curar las heridas que osos y otros animales causaban a los perros en las cacerías. De ello da fe el famoso Libro de la Montería del Alfonso XI.
Las flores de la jara son del gusto de las abejas y la miel obtenida es de excelente calidad y sabor.
En la actualidad, el uso de Cistus ladanifer como planta medicinal no es muy habitual. No obstante, entre sus propiedades medicinales se destaca el carácter balsámico del ládano, incorporado a jarabes para la tos y la bronquitis, como antiespasmódico y en el tratamiento de úlceras y gastritis.
La jara pringosa Cistus ladanifer se distribuye principalmente por Extremadura, centro y sur la de Península Ibérica, y es más escasa en el norte, Galicia y Cataluña.
En la Sierra de Guadarrama aparece en algunos puntos de forma abundante, en las zonas de degradación del encinar, roquedos y terrenos pobres de la rampa serrana. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS