Physomeloe corallifer.

Physomeloe corallifer.


Physomeloe corallifer. Las aceiteras pertenecen al orden de los coleópteros, es decir, escarabajos. Son insectos con algunas peculiaridades, por ejemplo, la de segregar una especie de aceite tóxico cuando se sienten inquietos, motivo por el que es aconsejable no tocarlos, ya que dicha sustancia puede producir irritaciones en la piel. Este aceite tóxico impide, también,  que sean ingeridos por las aves, y para advertir de su toxicidad presentan unas marcas de color rojo que advierten del peligro de ser “consumidos”. Las marcas consisten en protuberancias de color rojo coral situadas a ambos lados del pronoto o escudo cervical.

Otra característica curiosa es su capacidad para parasitar a otros insectos, entre ellos a las abejas.

La hembra de la Physomeloe corallifer, de hasta 3 cm de envergadura y mucho mayor que el macho, entierra cerca de una planta una gran cantidad de huevos. Al eclosionar, las larvas trepan por la planta y esperan la llegada de una abeja para ser transportadas a la colmena donde las larvas devorarán algunos huevos y posteriormente la miel que la abeja había dejado preparada para su larva. No son muchas las aceiteras eclosionadas que consiguen su objetivo, y la mayoría mueren.

Physomeloe corallifer es una especie endémica de la Penínusla Ibérica que se distribuye de forma más abundante por la zona centro. Resulta especialmente activa y visible a lo largo del mes de abril, al igual que su pariente Berberomeloe majalis, otra de las aceiteras más conocidas y habituales. A ambas las podemos observar haciendo sus puestas en los senderos y caminos de tierra rodeados de plantas que surcan los campos. (SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, NO TE PUEDES PERDER NUESTRO LIBRO «QUE NO PISAR, NO COMER Y NO TOCAR EN LA NATURALEZA», UNA GUÍA DE LAS ESPECIES DE ANIMALES, PLANTAS Y HONGOS POTENCIALMENTE PELIGROSOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA).

Physomeloe corallifer en su medio

Physomeloe corallifer en su medio

ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS