Archive / NEURÓPTEROS

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Libelloides longicornis

 

L. longicornis

L. longicornis

Libelloides longicornis. Los libelloides son insectos pertenecientes a la familia de ascaláfidos, a su vez integrados en el orden de los neurópteros.

En la Península Ibérica podemos disfrutar de seis especies de libelloides, Libelloides longicornis, baeticus, hispanicus, ictericus, cunii y coccajus. Todas ellas son de similar aspecto, aunque varía la coloración de sus siempre vistosas alas y la longitud de sus antenas.

Libelloides longicornis recibe su nombre “longicornis” de la longitud de sus antenas. Las larvas viven en el suelo, bajo piedras y restos vegetales. Los adultos son cazadores, vuelan de forma pausada reconociendo el espacio aéreo hasta dar con los pequeños insectos que constituyen su alimento. En ese momento se lanzan a gran velocidad y con destreza para dar caza a sus presas.

Son activos en las horas centrales de día, a pleno sol. Se desenvuelven en herbazales y terrenos más o menos boscosos, secos y cálidos, donde haya vegetación alta y árboles en las cercanías. Ocasionalmente los podemos ver posados en tallos de gramíneas, con las alas plegadas sobre su cuerpo, en forma de tejadillo, o abriéndolas para termorregularse –calentarse- a primeras horas de la mañana, o si el día es algo fresco o nublado, momento en el que dejan contemplar toda su belleza.

Libelloides longicornis es una de las cuatro especies presentes en el ámbito de la Sierra de Guadarrama, las otras son Libelloides hispanicus, Libelloides baeticus y Libelloides ictericus. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Libelloides longicornis

Libelloides longicornis

Mantispa styriaca

 

Mantispa styriaca

Mantispa styriaca

Mantispa styriaca. Este raro insecto pertenece al orden de los neurópteros, nada que ver con las avispas ni con las mantis, aunque su nombre “mantispa” se preste a la confusión con un extraño cruce entre mantis y avispa, que sería semejante al del famoso chiste del oso hormiguero. Sin embargo, sus patas delanteras con las que atrapa a otros insectos,   recuerdan a las de la Mantis religiosa. Son incluso más eficaces cazadoras que ésta, y su abdomen y forma de volar pueden parecer propios de una avispa.

Durante el verano, la hembra deposita miles de huevos bajo la corteza de los troncos de los árboles. Tras su eclosión, las larvas pasan el invierno hibernando hasta llegar la primavera, momento en el que rápidamente buscan nidos de arañas, preferentemente arañas lobo –Lycosidae-, y se introducen en los mismos para devorar los huevos y convertirse en adultos. Muy pocos ejemplares consiguen salir adelante con una dura “infancia” entre arañas parientes de las tarántulas, y por ello es tan grande el número de huevos que deposita la hembra, unos 8.000.

Es bastante improbable ver a este insecto durante el día, ya que suele permanecer escondido entre la vegetación. Sin embargo, en el crepúsculo y atraído por la luz, siempre de forma ocasional y con mucha fortuna, podemos disfrutar de este increíble ser que mide entre 1 y 3 cm.

Su nombre “styriaca” hace referencia a la región de Styria –Austria-, donde está presente al igual que en otros puntos del centro y sur de Europa. Mantispa styriaca prefiere lugares algo boscosos con árboles, imprescindibles para hacer sus puestas. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Nemoptera bipennis, un duende por el suelo

Nemoptera bipennis. Detalle

Nemoptera bipennis. Detalle

Nemoptera bipennis. La nemóptera o duende, como vulgarmente se conoce a este precioso insecto, pertenece al orden de los neurópteros. No es una libélula, ni una mariposa y está emparentada con las hormigas león y los ascaláfidos, neurópteros todos ellos que constituyen uno de los grupos más raros y hermosos entre los insectos.

Las larvas de la neuróptera necesitan dos años hasta convertirse en adultas. Durante ese período se alimentan de otros pequeños insectos. En estado adulto son grandes consumidoras de polen.

Sus colores y transparencias le permiten mimetizarse entre las flores y pasar desapercibida cuando se posa en las ramas y hierbas cercanas al suelo, a pesar de sus casi 10 cm de longitud.

Vuela de forma lenta y vaporosa cerca del suelo, entre los meses de junio y julio, en lugares abiertos, secos, algo pedregosos y con abundancia de flores.

Nemoptera bipennis es endémica de la Península Iberica, más frecuente en la mitad sur. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

N. bipennis (vista lateral)

N. bipennis (vista lateral)

Nemoptera bipennis, duende

Nemoptera bipennis, duende

Libelloides hispanicus

Libelloides hispanicus.

Libelloides hispanicus.

Los libelloides son un género de insectos de la familia de los ascaláfidos, pertenecientes al orden de los neurópteros. No tienen nada que ver con las libélulas, a pesar de su nombre y aspecto, ni con las mariposas –lepidópteros-.

Son absolutamente inofensivos para el ser humano y se alimentan de otros insectos a los que con destreza y voracidad capturan ayudándose de su potente vuelo.

Libelloides hispanicus vuela en prados con flores, casi siempre cerca de zonas arboladas durante la primavera y el verano.

Existen diferentes especies distribuidas por la Península Ibérica, todas ellas muy vistosas, como Libelloides hispanicus, L. baeticus, L. longicorne o L. coccajus. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Myrmeleon formicarius (Hormiga león)

 

Hormiga león adulta.

Hormiga león adulta.

 

 

Myrmeleon formicarius (Hormiga león). La hormiga león no es una hormiga. Pertenece al orden de los neurópteros, mientras que las hormigas son himenópteros. Lo de “león” le viene por su ferocidad y por lo implacable que resulta cazando cuando todavía es una larva.

La larva de Myrmeleon formicarius fabrica en el exterior de su guarida un montículo de arena con el centro en forma de cráter. De hecho, a simple vista parece un hormiguero. Sin embargo, el hormiguero es una trampa, la fina arena que forma el montículo es “movediza”, y cuando otro insecto camina por encima acaba resbalando hacia el centro del cráter. Allí le espera la larva enterrada hasta la cabeza con sus poderosas mandíbulas abiertas. Capturada la presa, la devora expulsando después los restos al exterior procediendo inmediatamente a rehacer la trampa con más arena fina y piedrecitas. Toda una ingeniería al servicio de la supervivencia.

La hormiga león es difícil de ver en estado adulto (ejemplar de la fotografía), ya que durante las horas de luz suele permanecer oculta, volando durante el crepúsculo. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Libelloides baeticus

L. baeticus

L. baeticus

Este curioso insecto no es una libélula aunque su nombre Libelloides baeticus pueda dar lugar a confusión. Tampoco es una mariposa a pesar de sus hermosos colores. Pertenece al orden de los neurópteros entre los que se encuentran otros extraños insectos como la hormiga león. Se alimenta de otros insectos a los que da caza con un corto y potente vuelo. Lo podemos encontrar encaramado a hierbas altas en prados con abundancia de hierbas y flores y presencia cercana de árboles. Vuela en primavera y verano.

En el ámbito de la Sierra de Guadarrama vuelan cuatro de las seis especies que lo hacen en la Península Ibérica. En concreto: Libelloides longicornis, Libelloides baeticus, Libelloides hispanicus y Libelloides ictericus, aunque esta última en determinadas zonas de la rampa serrana en el área oeste. Además de las anteriores, existen otras dos especies, Libelloides coccajus y Libelloides cunii distribuidas por diferentes puntos de la península, pero que no vuelan en el entorno de la Sierra de Guadarrama. ÁNGEL S.CRESPO para GUADARRAMISTAS.

Libelloides baeticus

Libelloides baeticus

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